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jueves, 30 de julio de 2009

Una fuerte interna en "Valientes"











Dicen que el ex de Kloosterboer está fastidioso porque su papel pierde cada vez más protagonismo frente al de Enzo.

No todo lo que brilla es oro... Y no todo éxito televisivo garantiza que no existan problemas entre los integrantes de tal o cual elenco a la hora de defender, o pretender, un papel más protagónico o acorde a sus supuestas condiciones actorales. En otras palabras: hay muchos actores -y hasta quienes dicen serlo, aunque a la hora de demostrar sus cualidades y condiciones actorales sobre el escenario o detrás de cámara dejan mucho que desear- que quieren y exigen ser siempre primeros actores. No importa con quiénes compartan cartel, siempre y cuando ellos sean los principales protagonistas.


Esto es lo que, según fuentes cercanas a la producción de “Valientes”, le estaría sucediendo a Mariano Martínez respecto al papel que le tocó en suerte interpretar en la exitosa tira, frente al que le tocó en suerte a Gonzalo Heredia con el de Enzo Sosa. Según comentan varios de sus compañeros de trabajo de la tira que gracias a los 27 puntos de rating se ha convertido en el programa más visto de la televisión abierta en la actualidad, el estado de ánimo del joven actor no es el mismo que allá a principios de febrero, cuando comenzaron las primeras grabaciones de la novela escrita por Marcos Carnevale y Lily Ann Martín bajo la dirección de Sebastián Pivotto y Martín Saban.


“A diferencia de los primeros días de grabación, en las úlitmas semanas Mariano llega siempre tarde a las grabaciones", nos revela un integrante de la producción desde el anonimato. "No pasa una sola escena sin que proteste por los planos con los cuales es captado por las cámaras y hasta cuestiona no sólo su libreto sino el del resto de sus compañeros... Especialmente el que le tocó en suerte a Gonzalo Heredia. Aunque trata de disimularlo, cada escena que le toca grabar junto a Heredia en el estudio se respira un clima de alta tensión. Da la sensación de que en cualquier momento Mariano puede plantar todo y mandarse a mudar. Todo el mundo se da cuenta de que Mariano está muy fastidioso y enojado con todos y eso complica el trabajo”, agrega la fuente cercana al joven actor que hace años mantuvo una relación amorosa con Marcela Kloosterboer, quien, por su parte, interpeta a Isabel Gómez Acuña, la hija del acaudalado y poderoso empresario Laureaño Gómez Acuña (Arnaldo André), que se enamora al mismo tiempo de Enzo Sosa (Gonzalo Heredia) y de su hermano Segundo (Mariano Martínez), provocando una gran pelea entre los dos hermanos que pone en peligro la unión de la familia en su desesperado afán por intentar quedarse con el corazón de la hermosa y sensible muchachita millonaria.


“La relación con mis compañeros de trabajo es muy buena y eso hace que las jornadas de trabajo no sean tan largas ni cansadoras. Con Luciano Castro y Gonzalo Heredia pegamos una muy buena onda y eso se va a ver reflejado en la tira que tiene que ser un éxito. Le tengo mucha fe a mi personaje que será muy divertido y dará que hablar por su forma de ser y, sobre todo, de hablar. Me encanta que me hayan convocado para hacer este personaje”, confesaba, entusiasmado, Mariano sobre las primeras semanas de grabación.

Pero el tiempo fue pasando y con el correr de las grabaciones y el desarrollo de la novela, el papel del ex hermanito menor de Carlos Calvo en “RR.DT” fue perdiendo protagonismo en beneficio del paulatino y marcado avance que, por el contrario, fue logrando el de Gonzalo Heredia. “No hay día en que Mariano no llegue y no amenace con que es su último día de grabación si no le dan más protagonismo a su personaje".


"Pensar que durante las primeras semanas de grabación si había dos tipos que se la pasaban todo el día juntos, contando chistes, cargando a los demás y riéndose todo el día, ésos eran Mariano y Gonzalo. Y ahora, por cuestiones de libreto casi ni se hablan. Aunque, para serte totalmente sincero, el que más bronca de los dos tiene es Mariano porque Gonzalo se mantiene ajeno a su bronca. Es que Mariano no sólo no se banca no ser el primer galán de la tira sino que, aunque parezca una locura, pareciera molestarle no ser él quien protagonice las escenas de amor con su ex”, cuentan desde la producción de Pol-ka. Y eso que Marianito está enamoradísimo de su novia Juliana Giambroni y va a ser papá de una nena en breve...


Un tipo complicado

No es la primera vez que Mariano se molesta con su papel o con sus compañeros de trabajo. A las pruebas nos remitimos: La primera víctima en sentir los celos de Mariano fue Nicolás Cabré, con quien compartíó el protagónico en “Son amores”. Y, vaya casualidad, la tercera en discordia no fue otra que Marcela Kloosterboer, quien tras romper con Cabré no tuvo mejor idea que engancharse con Martínez. Ese inesperado cambio de timonel provocó un fuerte enfrentamiento entre los galancitos que llevaron la pelea a los sets de grabación. Aún hoy los productores de esa exitosa tira recuerdan cuando “una tarde tuvimos que parar la grabación de una de las clásicas peleas en la ficción entre los hermanos porque nos dimos cuenta de que se estaban pegando de verdad. Estaban como locos”, afirma un secreto informante.


Ya bajo las huestes de Marcelo Tinelli, su primer participaciòn en Ideas del Sur fue el unitario “Sangre fría”, por Telefe. En esa oportunidad, Mariano exigió ser el protagonista absoluto del ciclo. “Nadie podía tener más letra que él, ni mucho menos más difusión en las promociones publicitarias de la tira. Pretendía que todo pasara por él sólo”, recuerdan sus ex compañeros de Telefe.


De regreso al Trece, la tercera víctima de la furia de Mariano Martínez fue Santiago del Moro quien, ante el bajo rating que tenía “Una familia especial”, fue convocado para formar parte del elenco. Con el correr de los capítulos, Del Moro fue cobrando mucho protagonismo, lo que despertó la ira de quien de chico soñaba con ser jugador de Boca Juniors, club del cual es hincha fanático.


Y el último actor en sufrir los ataques de vanidad de Mariano Martínez, antes de Gonzalo Heredia, fue el actor Cristian Sancho cuando fue convocado para interpetrar uno de los roles protagónicos en uno de los capítulos de “Mujeres asesinas”, donde también participaba el futuro papá primerizo. Cuentan que a Mariano no le gustó ni medio que hubiera un personaje con un físico más fornido que el suyo e hizo que la producción terminara contratando a su amigo Marcelo Cosentino.


Y, ahora, esa lista negra de “víctimas” de Mariano Martínez parece querer engrosarse con la incorporación de la actual pareja de Cecilia Roth y protagonista de la película “Felicitas”, Gonzalo Ezequiel Heredia, el “galán de las camperas negras”. Y, oh casualidad, más allá de los celos actorales de Martínez frente al crecimiento del personaje interpretado por Gonzalo Heredia, como en el primer caso, también en esta oportunidad vuelve a aparecer en escena el nombre de Marcelita...


Más allá de lo que pase con los reclamos de Mariano, lo cierto es que en “Valientes” hay dos actores que están “Calientes” y nadie se anima a augurar el final de esta historia real.




Fuente:seminario

viernes, 12 de junio de 2009

Gonzalo Heredia “Soy un tipo romántico y fiel, que le escapa a la histeria”






pantalla grande Felicitas, con Sabrina Garciarena, y brilla cada noche en la exitosa Valientes, por El Trece. Pareja, desde 2006, de Mercedes Oviedo (la diosa de Todos contra Juan y Mitos), y buscavida en su pasado, se define como un pibe de Munro que deseó cumplir un sueño y no se entregó hasta lograrlo.

Perdón, ¿mi primer sueldo?

–Su primer sueldo.
–¿El primer sueldo relacionado a la actividad que desarrollo ahora?

–Tal cual.
–Sucede que fue hace tanto tiempo (sonríe).

–Tampoco usted es Matusalén. Déle.
–Me da calor contar qué hice con mi primer sueldo .

–¿Compró un arma para salir a robar, le pagó a la mafia, extorsionó a un productor para que vuelva a contratarlo?
–No, lo usé con una antigua novia.

–¿Con una nov...?
–Un chico de barrio no avanza en explicaciones. Creo que contándote lo que te contó, este chico de barrio te contó todo, ¿no?

Y sí: contándonos eso contó todo Gonzalo Heredia, aquí, apenas llegado, puntual, tomando dos sorbos de agua mineral y prestándose a “una charla. Porque yo, más que ser reporteado, prefiero charlar y que después vos elijas lo que te interesó más. ¿Te parece?”, recalca intentando relajarse antes de posar frente al fotógrafo. “Me levanté a las 5 AM, hace quince horas y media, y entro palmado al fin de semana; palmado, pero feliz y expectante”, manifiesta refiriéndose a lo que viene viviendo (su consagratorio papel de Enzo en Valientes, la ficción del año) y a lo que en breve vivirá (su comentado rol de Enrique Ocampo en Felicitas, filme que llegará a la pantalla grande el jueves 11 de junio). “¿Charlamos?”, insiste.

“VENDI MI ROPA Y ASI PUDE JUNTAR UNOS MANGOS”. Detalla Gonzalo Heredia que su segundo nombre es Ezequiel, que “no sé por qué circula que nací un 26 de mayo de 1982 si, en realidad, llegué al mundo el 12 de marzo, bajo el signo de Piscis, en la Maternidad Santa Rosa, de Munro, obvio”, recalca.

Hijo de Alicia (59, remisera) y Julio (56, mecánico), hermano de Paula (25) y futuro padrino del bebé que ella y “mi cuñado Matías me regalarán” en noviembre o diciembre, relata que “transitó una linda infancia, de calle, atorrantadas y libertad. Cursé en las escuelas Almafuerte y Gabriela Mistral, del barrio, antes de saltar al Lasalle, el industrial, de Florida, donde a los 15 pirulos abandoné, y no te lo digo orgulloso. Claro, descubrí a Comunicanto, una familia de actores –los Dana–, que me cautivaron, y me hice adicto a sus ensayos. Pronto salté a los castings y a las clases de actuación (de Javier Margulis, Rubens Correa, Roxana Randón y Raúl Serrano). Laburé en el taller del viejo, de quiosquero, corté pasto, repartí pan, paseé perros, vendí perfumes truchos, uno por seis pesos, dos por diez... Poné imitaciones de perfumes. Suena mejor. A los 19 logré entrar en la tira Enamorarte y me mudé a un dos ambientes pegado a la estación Carranza. Pagué seis meses de alquiler por anticipado. Era septiembre de 2001 y el dólar costaba 1,70. En febrero trepó como a 4 pesos. Me quería matar. Igual, me la banqué y le di duro. Incluso, amén la ayuda de mis padres, vendiendo ropa mía en la galería Bond Street pude juntar unos mangos y seguir soñando. No iba a entregarme”, confiesa destilando cierta nostalgia, puesto que a partir de aquellos sucesos su profesión tomó un impulso irrefrenable en cine (El día del retiro –2002–, Ronda nocturna –05– y El otro y el mismo –07–), teatro (Squash –05– y La jaula de las locas –07–) y tevé (Maridos a domicilio –02–, Dr. Amor –03–, Frecuencia 04 –2004–, De gira –05–, Chiquititas sin fin –06–, Mujeres de nadie –07– y Socias –08–, entre el doble de programas abordados).

“Mi carrera creció de a pasitos. En mi debut publicitario –un corto del Parque de la Costa–, se me veían el buzo y el pelo. En el segundo envío –de Coca Cola–, la cara. En el tercero –de Banco Hipotecario–, aparecía mi cuerpito entero de chico de barrio, ¡y repetía un texto!”, festeja.

PEQUEÑO TEST PARA DETECTAR A UN PIBE DE BARRIO. “¿Que ya usé la palabra barrio en cuatro oportunidades? Dale, me pido un mojito y arrancá”, reacciona en el lobby del hotel boutique Vitrum, de Palermo Hollywood, no bien le planteamos el desafío de someterse a un modesto test de pibe de barrio.

1) ¿Pescó renacuajos en la zanja de la esquina? “Yo cazaba hormigas, las congelaba y las quemaba. También enfrentaba en riñas despiadadas a dos langostas. La que perdía su cabeza, chau”. 2) ¿Sabe jugar al fútbol? “Bastante. Un wing de 7,5 puntos. Si no fumara los diez puchos que me clavo al día me pondría un 8,5”. 3) ¿Ha saltado cercas y robado frutas? “No. Afané chiches de un depósito de enfrente de casa. Tristemente mi mamá me obligó a regresarlos, pidiendo disculpas”. 4) ¿Arreglaba los problemas a piñas? “Poco... Me provocaban seguido intentando fajarme, y zafaba a puro chamullo”. 5) ¿Pasaba en bicicleta delante de las casas de las adolescentes top de la zona? “Parecido. Iba sentado en manubrios ajenos y aterrizábamos a la salida del colegio Echeverría, la gran platea a nivel femenino que existía”. 6) ¿Escuchaba partidos el domingo? “Sí, a Víctor Hugo Morales. Infaltable”. 7) ¿Se despachaba solo en el almacén? “Difícil. Ahí –sumá el dato– preparé medialunas cargadas de queso y jamón. Además, la ortiba de la dueña me mandaba al distribuidor de cigarrillos de Ballester con las monedas justas para el colectivo”. 8) Descríbanos la línea que solía tomar. “El 41; va y viene de Munro a Once. Conozco cada esquina en la que dobla. Me movía tracción a Filcar”. 9) ¿Usaba/usa cremas? “Jamás. Tampoco me maquillo. Me cuido corriendo y levantando fierros tres veces por semana”. 10) ¿Qué opinan sus amigos cuando lo descubren posando ganador en una revista? “Lógico que Poti, Lucas, Cebolla, Arturo, Juampi, Carlos, Alexis, Matías, Sergio, Pablo y Estifen, te advierto, me cargan de lo lindo”.

“RECIEN VERE LA PELI DOS MESES LUEGO DE ESTRENADA. Me cuesta mirar mis trabajos”, asombra, aunque reconoce que de lunes a jueves a las 21.30 enciende su plasma de 29 pulgadas en El Trece y sintoniza Valientes. “Considérenme de proceso lento”, admite el muchachito de ojos castaños que huele a Bulgari clásico y declara 1,78 metro de estatura, 75,5 kilos, 44 de calzado, fanatismo por Vélez Sarsfield y dos tatuajes: el pez de El carnaval del arlequín, de Joan Miró (en su muñeca izquierda), e “iniciales privadas” (en el codo derecho), que no aceptará mostrar ni explicar. Casi lo mismo que ocurre al consultarle sobre su pareja y colega, Mercedes Oviedo. “Dejémosla en paz, pobre. Hablar de Mercedes significa meterme en su privacidad, y no me gusta. Si te sirve, anotá que aún no compartimos techo (la chica de Mitos habita un departamento en Caballito; Gonzalo, un PH en Villa Crespo), que andamos bárbaro y que me encantaría formar una familia con varios hijos”, sentencia, recalcando que no le molesta el rótulo de galán y sex symbol.

“Soy un tipo romántico, fiel y poco celoso, que le escapa a la histeria”, resume Heredia, dueño de dos celulares (“El pequeño me lo regalaron durante un evento; el grande me acompaña desde siempre”) y amante del rock nacional, la escritura, los libros (“Leo de a tres. Uno lo cargo en mi bolso, el segundo descansa en el living, y el tercero, en mi mesita de luz”) y la cocina (“Compro verduras, carnes, pasta e improviso. Las salsas encabezan mi ranking culinario”, asegura).

–¿Tiene plantas, las riega?
–Antes las regaba e incluso les conversaba.

–Epa. En el barrio de un servidor, Hurlingham, el que riega ¡y le conversa a las plantas! Mmm...
–Dame una concesión, che. ¿Acaso lo de las hormigas no merece una concesión?

–Verdad, lo de las hormigas lo vale.


Fuente:gente, Por Leonardo Ibáñez. Fotos: Leandro Montini.

viernes, 3 de abril de 2009

Los galanes de Valientes “Somos románticos, pero no creemos en el amor incondicional”







Gonzalo Heredia (27), Luciano Castro (34) y Mariano Martínez (30), protagonistas de la tira más exitosa de la tevé, hablan de su relación con el sexo opuesto. Dicen que todo lo que hagan las mujeres por sentirse bellas es válido. Coinciden en que hoy ellas sueñan con vivir un amor que las emocione. Sobre la coquetería masculina, el sentirse “muchachos de barrio” y la seducción hablan sin censura. Conózcalos en la intimidad.

Los dueños de la ficción más vista del año están hablando de mujeres. Dicen que prefieren a aquella simple y natural que a la sobrecargada que se produce en exceso para deslumbrar. Aclaran que no les importa que se sometan a cirugías, siempre y cuando sea para mejorar, no para deformarse. Aceptan que se hagan lolas, retoques, alguna que otra lipo, y no les importa que tengan celulitis, ni que sean perfectas. Priorizan el amor por sobre todo. Tan simple como eso. ¿Ficción o realidad? Son los reyes de la ficción: Luciano Castro (34), Mariano Martínez (30) y Gonzalo Heredia (27), protagonistas de Valientes, la tira de Canal 13 cuyo promedio general es de 22.8 puntos de rating, y marcó 27.4 el día que más alto midió –4 de marzo–, son los galanes que hacen derretir a las mujeres de lunes a viernes a las 21.45 horas.

–No les creo eso de que no les importa la celulitis.
Mariano: No es lo importante, aunque algunas crean que son el ombligo del mundo. Igual creo que todo lo que hagan para estar lindas está bien. Tampoco que sea lo único importante en sus vidas. Pero hoy yo las veo bárbaras a las de 20, 30, 40, 50 o 60. Muy seguras de lo que quieren. A mí me importa que tanto mi pareja –Julieta Giambroni, embarazada de tres meses, con quien lleva más de un año de relación– como yo, estemos preocupados por formar una familia. El resto se puede mejorar.

–¿Y vos, Gonzalo?
Gonzalo: También de novio, con dos años y medio de amor con un bombón y actriz, Mercedes Oviedo. Coincido con Mariano. Me gusta la mujer que se arregla y se cuida, pero sin excesos.
Luciano: Yo estoy solo. Hoy el amor no es mi prioridad.

–¿No creés en el amor, Luciano?
Luciano: No sé. Yo lo vi en una película.
Gonzalo: El amor es necesario.
Luciano: ¿Quién no sueña con que te sorprenda y luego formar la familia ideal?
Mariano: Suscribo. Estoy muy enamorado, pasando mi mejor momento de pareja. Quiero creer en el amor para toda la vida, claro....
Luciano: Insisto, a mí no me interesa, ni quiero, ni busco, ni nada que se le parezca. Tengo que trabajar y un hijo del que me tengo que ocupar.

–¿Pero cerrás la puerta o admitís que puede sorprenderte en cualquier momento?
–Ah, pero eso no se sabe. No reniego, pero aclaro que no está en mis planes, ni en mi orden de prioridades.
Gonzalo: Para mí el amor es el motor, lo que me moviliza.

–¿Y qué serían capaces de hacer por amor?
Luciano: Si estás enamorado y no hacés un sacrificio, ¿qué clase de relación es ésa, macho?

–¿Vos te entregarías totalmente?
Luciano: No. El amor incondicional no existe, no es sano.
Gonzalo: Aunque somos tres románticos, no creemos en el amor incondicional.

CIRUGIAS Y ALGO MAS
–Me decían que no les gustan las mujeres que cuidan cada detalle.
Gonzalo: Me parece que apelar al botox o a cualquier otro método para evitar la vejez no está bueno.

–¿Creen que hoy tienen obsesión por no envejecer?
Mariano: Sí, pero el tema del cuidado estético es tanto de parte de la mujer como del hombre. Lo principal es no quedarse en eso. Porque toda obsesión es mala: se convierte en una adicción.

–¿Las ven más atentas a su belleza que a otros valores?
Gonzalo: No está mal que se cuiden, me agrada. También las veo preocupadas por enamorarse. Me gustan las mujeres que se juegan por amor.
Mariano: Ningún exceso es bueno, pero no veo que sea lo único que les importe. Hoy las mujeres piden un hombre que las quiera y las contenga.
Luciano: Opino igual que Gonzalo y Mariano. No las veo obsesionadas sólo por lo físico. Sí tengo amigos varones que se re lookean.
Mariano: Tengo amigas que se hicieron las lolas, pero es un toque. Les da seguridad. No viven desesperadas por cada detallecito. Y además no es lo único que les importa.
Luciano: Si ocurriera así, sería un problema. El cuerpo no es nada más que un envase. Cuidar salud y mente está bueno, pero hasta ahí.

–¿Las ven más audaces, osadas?
Luciano: Hablá, Gonza.
Mariano: Están más aceleradas, como todo.

–¿Los encaran?
Mariano: No lo digo porque me encaren. Hay más acceso a internet, más información, y eso hace que haya cambiado todo, ciertos parámetros. Todo es más rápido y quieren hacer determinadas cosas a edades más tempranas.
Luciano: Hoy son más precoces en todo. Ni hablar...

–¿Y eso les preocupa?
Luciano: No me corresponde calificarlo. Yo no me relaciono con adolescentes. Pero tengo un hijo de siete años, y comparando, yo a la edad de él era un bol... Prefiero mis siete años y no los de él, porque con la madre tenemos miedo de que salga a la calle y cualquiera le haga algo. Una nena de 14 puede ser más atrevida, pero también un pibe de esa edad hoy sale a robar con un arma y te puede matar.

Ahora Mariano recibe un llamado de su novia, la modelo Julieta Giambroni, que está en Córdoba, y se le dibuja una sonrisa... Mientras tanto, Gonzalo charla vía celular con su pareja, la actriz Mercedes Oviedo, con la que planea casarse pronto. En su entorno desmienten con fuerza el rumor que lo vinculó a Florencia Torrente, hija de Araceli González. “Ni siquiera se conocen”, confirman. Y Luciano insiste en aclarar que está solo, sin pareja, para ahuyentar cualquier rumor que lo quiera vincular a mujeres famosas.

ELLOS Y SUS CUERPOS
–No me digan que ustedes no son coquetos, de cuidarse: cuerpo, pelo, dientes...
Gonzalo: Sin llegar a la obsesión, hay una cuestión estética que se necesita para la televisión. Vos te cuidás, Luciano.
Luciano: Lo mío es de cuna. El boxeo viene conmigo desde muy chico. Por eso tuve un desarrollo corporal con un entrenamiento muy intenso. Pero igual hoy sigo saliendo a correr, nado, juego al fútbol. Pero no soy tonto, sé que tiene un fin. Si no, me quedaría en mi casa, tirado, pesando 130 kilos, y comiendo pizza todos los días.

–Y vos no niegues que sos otro fan del gimnasio...
Mariano: Estoy probando otras cosas: arranqué con...
Luciano: ...la heroína, ja, ja, ja.
Mariano: En serio, ahora empecé con el Yoga Ashtanga. Es una rama más intensa, que tiene mucho de meditación y respiración, te oxigena de una manera buenísima. Ya estoy notando los resultados. Además, voy al gimnasio y me encanta cuidarme: me hace bien, me sirve para el laburo.
Gonzalo: Fui y soy muy deportista. Y hay una cuestión estética que descubrí hace poco. Es una herramienta que está bueno usar. No hay que ser necio. Es una cuestión de salud mental también.

EXITO Y FAMA
–Confiesen: ¿cuánto disfrutan y cuánto les pesa este éxito con picos de 30 puntos de rating?
Gonzalo: A mí no me pesa para nada. Sí sufro los horarios y el ritmo de laburo, pero no lo vivo como una carga. Es bárbaro el reconocimiento de la la gente, de los pares. Está bueno vivir experiencias nuevas.
Mariano: Yo veo cómo lo disfuta Gonzalo y me pone muy contento. Porque recuerdo cuando hice Campeones, un éxito parecido a éste de Valientes, y te confieso que por momentos lo festejaba, pero en otros lo sufría... ¡y cómo! La verdad es que no estaba relajado. Hoy aprendí a manejarlo. Por ejemplo, el cariño está bueno. Después, hay otras cosas de estar expuesto, que duelen, y mucho.

–De hecho te pasó cuando detuvieron a tu padre (Ricardo Martínez), en el controvertido caso de la efedrina.
Mariano: Viene con todo el paquete. Pero no sólo en ese tema, también en otras cosas.
Luciano: Cuando estás expuesto estás regalado.

–No me digan que ustedes no se cuidan para evitar cometer errores y caer en la trampa...
Luciano: Yo sí. ¿Pero a quién le importan los errores que pudiera cometer yo, si no soy un político, macho? Sí me cuido de la exposición, para disfrutar buenos momentos con mi hijo –Mateo, 7 años–, mis hermanos, mi familia. Pero hasta ahí nomás, eh: tampoco soy el Negro Echarri, que salgo a la calle y la gente se tira en palomita arriba mío. No me pasa. También sé a dónde puedo ir y a dónde no.

–¿Tomás ciertos recaudos?
–Claro, pero aprendí a no reaccionar. Y a que hay que pensar más en los seres queridos que en uno, porque nosotros sabemos a lo que estamos expuestos; los demás, no... Mi hijo es mi referente principal. Si no, ¿qué me queda? También me refugio en mis amigos de Villa del Parque y San Martín. Como Gonzalo tiene a los de Munro, y Mariano a los de Avellaneda. Esas cosas no las perdimos, y eso hace que seamos las personas que somos.

–¿Son amigos, o simplemente compañeros de trabajo?
Luciano: Con aquel nos conocemos desde hace once años. “Aquel” con todo cariño, cabezón –le aclara a Martínez–. Y con Gonzalo nos estamos encariñando. Hay afinidad.

–¿Tuvieron diferencias alguna vez?
Mariano: Ni siquiera... Cosas que hablamos como amigos. Siempre hay pequeños detalles para pulir. Si no, no sería una amistad.
Gonzalo: Desconfiá de una amistad en la que no haya ni un cambio de opiniones.
Luciano: A mí me pasó con Mariano, como con otros amigos, que me dijeron: “Che, bol... Sentate acá. ¿Qué te pasa?”. Eso lo rescato.

–¿No hace bien ponerse en estrella, no?
Luciano: Si me pongo en estrella con Mariano estoy perdido. Si cuando empecé a laburar él ya era protagonista. Y tampoco lo puedo hacer con Gonzalo, que recién empieza, porque sería un pésimo referente para él. Hay que saber ubicarse.
Gonzalo: Cómo te manejás tiene mucho que ver con la crianza, con el barrio, con lo que te enseñaron los viejos.

–A propósito, ¿se enojó Mirtha Legrand con vos porque le dijiste que no te gustaba ir a sus almuerzos?
Luciano: Se sacó de contexto. Cuando lo comentaron quisieron hacerme quedar como un rebelde. Y un rebelde directamente no va a lo de Mirtha. Mi intención no es ir a la casa de nadie a molestar. ¿Quién carajo soy? No me voy a hacer el canchero ahí: sería un tarado.
fuente: revista gente Por Miguel Braillard. Fotos: Santiago Turienzo.

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