El hijo de la más moderna

¿De qué hablamos cuando hablamos de mujeres modernas? Según José Salinas, el personaje de Mariano Martínez en “Mi problema con las mujeres” - la comedia que se estrenó anoche, con muy buen rating, por Telefe-, la categoría “mujer moderna” ha sido superada por otra: “mujer moderna de hoy”. Director de arte de una empresa de productos cosméticos, José sostiene que la “mujer moderna de hoy” es la que trabaja, aprovecha para entrenar mientras saca a pasear al bebé; la que hace las compras del supermercado por Internet; la que se mensajea con sus hijos; y la que, además, quiere estar bella. Rápido para teorizar sobre el universo femenino, en la práctica, José no entiende a las mujeres. Hay una chica que se autotitula su novia, mientras que él niega que lo sea. Hay una ex a la que no puede olvidar. Y hay, sobre todo, una madre que, ésa sí, se cree la más hipermoderna entre las modernas. Si algo le faltaba al antihéroe de José era la llegada de una jefa a su oficina, Verónica Belforte (Ana María Orozco). La idea de trabajar bajo las órdenes de una jefa lo desquicia, porque “con las mujeres, nunca se sabe; son locas, vuelteras, impredecibles”, le confiesa al psicólogo (Yayo Guridi). En el primer capítulo, las quejas de José respecto de las mujeres no se apartaron mucho de lo que tantas veces ha sido subrayado en las comedias: tardan para vestirse, son invasivas, empiezan pidiendo las llaves y luego piden la vida, etc. Pero lo que parece mucho más interesante es el vínculo con su madre, Elsa (Mónica Gonzaga). Es allí donde el programa aborda en solfa un fenómeno más nuevo, propio de ciertas “mujeres modernas de hoy”: las que corren tras la quimera de la eterna juventud. Tan lejos llegó Elsa en su obsesión por no admitir el paso del tiempo, que su hijo jamás pudo llamarla “mamá”, “porque eso la hacía más vieja”, contó José en terapia. Para él, ella siempre fue Elsa, una madre que le prohibió hacerle regalos para el día de su cumpleaños y le propuso, en cambio, que se los ofreciera en el Día del Amigo. Para José, su mamá siempre fue Elsa, la que le hacía pasar vergüenza en el videoclub cuando él era apenas un púber y ella lo alentaba a que alquilara las películas hot cuyos afiches le llamaban la atención. Habrá que ver cómo sigue “Mi problema con las mujeres”, pero a juzgar por el primer episodio, lo más original viene por el lado de Elsa, con la sátira de esas madres del siglo XXI que recorren el ciclo vital en sentido inverso, pasando de la madurez a la juventud y de allí, a la adolescencia eterna. Una suerte de Benjamín Button con taco aguja, botox y mucho animal print. Mariano Martínez Mi problema con las mujeres