Aunque se mueven como unidad, Dean y Dan Caten son mucho más que dos. En principio, comparten la inicial de sus nombres. Además, usan la misma ropa, se mueven de manera exacta, trabajan y viven juntos y, como si fuera poco, hasta se decidieron por una misma elección sexual: ambos son abiertamente gays, algo que despierta fantasías y morbo. Dueños de un talento provocador que marca tendencia en todo el mundo, los diseñadores dirigen Dsquared2, una empresa elevada al cuadrado tanto en estilo como en vanguardia; especie de laboratorio de moda que se dedica a investigar y a confeccionar ropa masculina y femenina, zapatos, perfumes, ropa interior y anteojos, y que tiene sedes en distintas capitales del mundo. Sus jeans rondan los 500 euros, lo mismo que los zapatos que diseñan. Las chaquetas, por su parte, superan los 1.000 euros y los trajes directamente duplican cómodamente la cifra. Ellos, no obstante, insisten en que el dinero no garantiza verse bien.
A lo mejor uno podría encontrar esa pequeña diferencia que define a cada cual en todo par de gemelos idénticos. Tal vez sea evidente que Dan es un poco más flaco, y que Dean es más extravertido. No obstante, ellos se empeñan en que sus características personales pasen desapercibidas. Aunque tienen 45 años, todavía hay en ellos algo de nenes a quienes papá solía vestir iguales en esa especie de juego visual al que se suele someter a los gemelos. Ahora, ellos mismos desafían a la mirada ajena con intenciones diversas. ¿Sorprender? Sin duda. ¿Desafiar? Puede ser. Pero no debe existir un verbo que les cuadre más que el de “provocar”, una de sus especialidades sobre todo arriba de la pasarela. Modelos masculinos y femeninos semi desnudos, con detalles glam, insinuándose entre sí en una especie de orgía fashion. Bailarines que recrean teatralmente un ambiente muy años ’50. Mujeres y hombres bellísimos, comportándose como homeless pero vistiendo trajes de alta costura. A la hora de pasar su colección, los Caten no escatiman talento, desenfado ni modelos famosas.
Conocidos en el mundo por su propuesta irreverente y, más que nada por su trabajo en combo, queda claro que el carisma y la elegancia son las claves de su éxito, palpable en los 120 millones de euros que se les atribuyen anualmente entre ventas de productos y licencias.
Ellos son los “niños mimados” de los famosos. Madonna descubrió uno de sus jeans en una revista y los contrató para idear el vestuario de su video Don’t tell me y el estilo cowboy que se le conoció en su gira mundial Drowned World Tour de 2002. Britney Spears y Christina Aguilera también recurrieron a los servicios fashion de la dupla, decisión que compartieron a su vez otras estrellas: Lenny Kravitz, Nicolas Cage, Ricky Martin y Brad Pitt se rindieron a sus pies.
SOPA DE GEMELOS. Aunque saltaron a la moda mundial desde Milán, en donde se radicaron durante los años ’90, actualmente viven en una imponente construcción en pleno Notting Hill, el barrio más glamoroso –y uno de los más caros– de Londres. En su casa hay de todo: enorme sillón en la cocina, alfombras de piel, baúl en el baño y estudio de trabajo minimalista.
Los Caten nacieron en Toronto, Canadá, con el apellido Catenacci. Y, según cuentan, llegaron con quince minutos de diferencia: primero Dean, después Dan. De orígenes humildes, son los menores de una familia de nueve hijos que se criaron al cuidado de un padre solo. Los gemelos cuentan que fueron sus cinco hermanas mayores quienes los impulsaron a crear ropa, porque ellas siempre estaban buscando qué ponerse. Entonces, los pequeños Dean y Dan se las ingeniaban para ayudarlas a reciclar viejos vestidos. Tal era su pasión que hasta diseñaron los trajes de graduación de todas. Ambos aseguran que sus raíces colaboraron a la hora de desarrollar su inventiva: “Tener una infancia con ciertas limitaciones ayudó a nuestro crecimiento. Cuanto menos tenés, más creativo tenés que ser”, consideró Dean en una entrevista para la televisión canadiense. Dan aportó: “No tener te hace querer. Y el deseo no conoce límites”.
Ambos estudiaron durante seis meses en la prestigiosa escuela Parsons School of Design de Nueva York, pero debieron abandonar por falta de dinero. No obstante, fueron contratados por la líder canadiense en ropa para señoras Ports Internacional, en donde rompieron algunos esquemas. Aunque se hicieron grandes confeccionando jeans, confiesan que crecieron en una casa en la que estaba prohibido calzarse uno. “Nuestro padre era un hombre de otra época y tenían ciertos prejuicios con respecto a la apariencia. El decía que el denim era de gente pobre y que no quería que sus hijos pareciésemos pordioseros. Por supuesto que nosotros queríamos usar jeans y cuando tuvimos oportunidad de hacerlo, nunca más los dejamos”, cuentan y ríen a dúo, alternando palabras en lo que parece una rutina de humor ensayada. Hoy, los Caten combinan sus vaqueros con casi todo: desde una chaqueta de esmoquin, hasta una camiseta deportiva. “Hasta sirven para no tirar zapatos: cualquier mocasín o zapatilla vieja puede combinarse con unos vaqueros gastados”, escribieron en una de las diez reglas de una especie de manual de estilo. Otros de sus consejos son: “Para cambiar de look basta con los accesorios”, “Cuando uno viste de gala los zapatos deben ser nuevos”, “No usar demasiado perfume” y “Si una prenda habla, el resto nada”. Asimismo, recomiendan invertir en un buen abrigo durante el invierno porque esa será nuestra carta de presentación por la temporada. “Renovarse o morir”, es su lema y así van por la vida: divertidos y despiadados. “No hay que tomarse la moda en serio. Te podés poner una chaqueta muy elegante con unos jeans. Se trata de no parecer un estirado”, sostienen. En los próximos días estrenarán un reality show en Estados Unidos, en el que serán presentadores y jueces.
ESTILO EN ESTEREO. Es el nombre que tiene su programa de radio que se emite por la cadena BPM. En él entrevistan a celebrities y hablan de moda y de política. Mientras tanto, trabajan día y noche en el desarrollo del vestuario que llevarán los máximos deportistas mundiales durante el desfile de apertura de los Juegos Olímpicos de Invierno Vancouver 2010. “Será la mayor audiencia que podamos tener, así que es nuestra oportunidad de brillar”, dicen. Anteriormente, habían dado puntada en el ámbito deportivo diseñando el vestuario de la Juventus.
Galardonados con el premio Breakout Design Award en 2003 y con la Aguja de Oro tres años más tarde –una distinción que recibieron Gianni Versace, Oscar de la Renta y Valentino–. Este año, además, fueron reconocidos con una estrella en la Walk of Fame de Canadá, en donde –al igual que en Hollywood– se distingue a los famosos. En un “2 x 1” de glam, los gemelos comparten algo más que trabajo. “Nunca nos aburrimos el uno del otro. En la vida nos hemos acostumbrado a estar juntos. No seríamos el uno sin el otro”, señalan con típica simbiosis gemela. Pero para los negocios, cada cual en lo suyo: Dean se dedica a las ventas y los abogados, Dan a la parte creativa. A pesar del éxito y el reconocimiento mundial, su entorno íntimo remarca que los hermanos mantienen intacto su espíritu de humildad. “Nuestra mejor Navidad es junto a la familia y los amigos, atendiendo todos los detalles con mucha dedicación para hacerlos sentir felices. Para Año Nuevo nos vamos a Río de Janeiro: ver miles de personas vestidas de blanco en la playa para despedir el último atardecer es una emoción muy fuerte”, remarcan.
Fuente: Para Ti Textos María Eugenia Sidoti Fotos AFP
A lo mejor uno podría encontrar esa pequeña diferencia que define a cada cual en todo par de gemelos idénticos. Tal vez sea evidente que Dan es un poco más flaco, y que Dean es más extravertido. No obstante, ellos se empeñan en que sus características personales pasen desapercibidas. Aunque tienen 45 años, todavía hay en ellos algo de nenes a quienes papá solía vestir iguales en esa especie de juego visual al que se suele someter a los gemelos. Ahora, ellos mismos desafían a la mirada ajena con intenciones diversas. ¿Sorprender? Sin duda. ¿Desafiar? Puede ser. Pero no debe existir un verbo que les cuadre más que el de “provocar”, una de sus especialidades sobre todo arriba de la pasarela. Modelos masculinos y femeninos semi desnudos, con detalles glam, insinuándose entre sí en una especie de orgía fashion. Bailarines que recrean teatralmente un ambiente muy años ’50. Mujeres y hombres bellísimos, comportándose como homeless pero vistiendo trajes de alta costura. A la hora de pasar su colección, los Caten no escatiman talento, desenfado ni modelos famosas.
Conocidos en el mundo por su propuesta irreverente y, más que nada por su trabajo en combo, queda claro que el carisma y la elegancia son las claves de su éxito, palpable en los 120 millones de euros que se les atribuyen anualmente entre ventas de productos y licencias.
Ellos son los “niños mimados” de los famosos. Madonna descubrió uno de sus jeans en una revista y los contrató para idear el vestuario de su video Don’t tell me y el estilo cowboy que se le conoció en su gira mundial Drowned World Tour de 2002. Britney Spears y Christina Aguilera también recurrieron a los servicios fashion de la dupla, decisión que compartieron a su vez otras estrellas: Lenny Kravitz, Nicolas Cage, Ricky Martin y Brad Pitt se rindieron a sus pies.
SOPA DE GEMELOS. Aunque saltaron a la moda mundial desde Milán, en donde se radicaron durante los años ’90, actualmente viven en una imponente construcción en pleno Notting Hill, el barrio más glamoroso –y uno de los más caros– de Londres. En su casa hay de todo: enorme sillón en la cocina, alfombras de piel, baúl en el baño y estudio de trabajo minimalista.
Los Caten nacieron en Toronto, Canadá, con el apellido Catenacci. Y, según cuentan, llegaron con quince minutos de diferencia: primero Dean, después Dan. De orígenes humildes, son los menores de una familia de nueve hijos que se criaron al cuidado de un padre solo. Los gemelos cuentan que fueron sus cinco hermanas mayores quienes los impulsaron a crear ropa, porque ellas siempre estaban buscando qué ponerse. Entonces, los pequeños Dean y Dan se las ingeniaban para ayudarlas a reciclar viejos vestidos. Tal era su pasión que hasta diseñaron los trajes de graduación de todas. Ambos aseguran que sus raíces colaboraron a la hora de desarrollar su inventiva: “Tener una infancia con ciertas limitaciones ayudó a nuestro crecimiento. Cuanto menos tenés, más creativo tenés que ser”, consideró Dean en una entrevista para la televisión canadiense. Dan aportó: “No tener te hace querer. Y el deseo no conoce límites”.
Ambos estudiaron durante seis meses en la prestigiosa escuela Parsons School of Design de Nueva York, pero debieron abandonar por falta de dinero. No obstante, fueron contratados por la líder canadiense en ropa para señoras Ports Internacional, en donde rompieron algunos esquemas. Aunque se hicieron grandes confeccionando jeans, confiesan que crecieron en una casa en la que estaba prohibido calzarse uno. “Nuestro padre era un hombre de otra época y tenían ciertos prejuicios con respecto a la apariencia. El decía que el denim era de gente pobre y que no quería que sus hijos pareciésemos pordioseros. Por supuesto que nosotros queríamos usar jeans y cuando tuvimos oportunidad de hacerlo, nunca más los dejamos”, cuentan y ríen a dúo, alternando palabras en lo que parece una rutina de humor ensayada. Hoy, los Caten combinan sus vaqueros con casi todo: desde una chaqueta de esmoquin, hasta una camiseta deportiva. “Hasta sirven para no tirar zapatos: cualquier mocasín o zapatilla vieja puede combinarse con unos vaqueros gastados”, escribieron en una de las diez reglas de una especie de manual de estilo. Otros de sus consejos son: “Para cambiar de look basta con los accesorios”, “Cuando uno viste de gala los zapatos deben ser nuevos”, “No usar demasiado perfume” y “Si una prenda habla, el resto nada”. Asimismo, recomiendan invertir en un buen abrigo durante el invierno porque esa será nuestra carta de presentación por la temporada. “Renovarse o morir”, es su lema y así van por la vida: divertidos y despiadados. “No hay que tomarse la moda en serio. Te podés poner una chaqueta muy elegante con unos jeans. Se trata de no parecer un estirado”, sostienen. En los próximos días estrenarán un reality show en Estados Unidos, en el que serán presentadores y jueces.
ESTILO EN ESTEREO. Es el nombre que tiene su programa de radio que se emite por la cadena BPM. En él entrevistan a celebrities y hablan de moda y de política. Mientras tanto, trabajan día y noche en el desarrollo del vestuario que llevarán los máximos deportistas mundiales durante el desfile de apertura de los Juegos Olímpicos de Invierno Vancouver 2010. “Será la mayor audiencia que podamos tener, así que es nuestra oportunidad de brillar”, dicen. Anteriormente, habían dado puntada en el ámbito deportivo diseñando el vestuario de la Juventus.
Galardonados con el premio Breakout Design Award en 2003 y con la Aguja de Oro tres años más tarde –una distinción que recibieron Gianni Versace, Oscar de la Renta y Valentino–. Este año, además, fueron reconocidos con una estrella en la Walk of Fame de Canadá, en donde –al igual que en Hollywood– se distingue a los famosos. En un “2 x 1” de glam, los gemelos comparten algo más que trabajo. “Nunca nos aburrimos el uno del otro. En la vida nos hemos acostumbrado a estar juntos. No seríamos el uno sin el otro”, señalan con típica simbiosis gemela. Pero para los negocios, cada cual en lo suyo: Dean se dedica a las ventas y los abogados, Dan a la parte creativa. A pesar del éxito y el reconocimiento mundial, su entorno íntimo remarca que los hermanos mantienen intacto su espíritu de humildad. “Nuestra mejor Navidad es junto a la familia y los amigos, atendiendo todos los detalles con mucha dedicación para hacerlos sentir felices. Para Año Nuevo nos vamos a Río de Janeiro: ver miles de personas vestidas de blanco en la playa para despedir el último atardecer es una emoción muy fuerte”, remarcan.
Fuente: Para Ti Textos María Eugenia Sidoti Fotos AFP
Gemelos fantásticos Dean y Dan Caten Caten
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