Ogro. (Del francés ogre) m. Gigante que, según las mitologías y consejas de los pueblos del norte de Europa, se alimentaba de carne humana. // 2. Persona insociable o de mal carácter. (Diccionario Espasa de la Lengua Española)
En apenas dos meses, Cristian Fabbiani (23) se convirtió en un personaje público. Y, a pesar de que se gana la vida como jugador de fútbol, no sólo los hombres conocen y hablan de su vida o su historia. Su romance con Amalia Granata –de ese amor nació Uma, su única hija, de diez meses– lo instaló en todos los programas de tevé dedicados al espectáculo. Y en el ambiente del fútbol también produjo un raro fenómeno: su negativa a seguir jugando en Newell’s, argumentando que “necesitaba estar en Buenos Aires cerca de mi hija”, provocó amores y odios.
Por un lado se agruparon los hinchas ortodoxos, que lo acusaron de “desagradecido, por haberle dado la espalda al club de Rosario, que lo rescató del ostracismo de la liga rumana (jugaba en el CFR Cluj, donde salió campeón) y se arriesgó a traerlo un año a préstamo”. Por el otro, los más sentimentales, sobre todo las mujeres, lo defendieron a muerte. “Se la jugó por la hija que tuvo con la modelo Amalia Granata; eso demuestra el corazón que tiene”, opinan. Y por si fuera poco, él lanzó la última bomba: “Quiero jugar en River, porque soy hincha de River”. Esa declaración de amor a la banda roja, más un gol y otras diabluras (taquitos, en especial), bastaron para que la hinchada millonaria lo sentara en el trono más alto. Además, el Gordo nació cerquita del Monumental, en el barrio porteño de Saavedra.
LA OGROMANIA. Finalmente, cumplió el sueño de calzarse la camiseta de la banda sangre, como la llamaron algunos veteranos cronistas de fútbol. El 6 de febrero cumplió su primer entrenamiento en el Monumental, y seis días después debutó ante Nacional de Paraguay –arranque de la Copa Libertadores–. Entró a los 14 minutos del segundo tiempo, paró una pelota con el pecho, le pegó con todo, el arquero dio un rebote largo y Diego Buonanotte anotó el único gol del partido. Eso fue suficiente para hacer explotar la ogromanía. Las mujeres fueron a la cancha vestidas de Fiona (la novia de Shrek) y los vendedores ambulantes cambiaron el tradicional “¡hay gorro, bandera y vincha!” por las caretas del Ogro verde. Y el chico que nació el 12 de junio de 1985 y se crió en Ciudad Evita comenzó a alimentar el fanatismo… En su siguiente partido entró también en el segundo tiempo, marcó un gol y le dio la victoria a River: 2 a 1 contra Rosario Central…
CUESTION DE PESO. Tanto se habló del Ogro que todos lo pusieron bajo la lupa. Tema clave: sus kilos de más. Muchos medios fueron a buscar a Mirtha (50), su madre, cocinera desde hace un cuarto de siglo en Los Portugueses, un restaurante de Aldo Bonzi que está a la vuelta de su casa, para preguntarle si era la culpable de ese alto kilaje. Y no faltó la opinión de Néstor Gorosito, el DT de River y su padre futbolístico: “Es una lástima no poder usarlo desde el inicio. Tiene mucho sobrepeso. Dice que come ensalada, pero en vez de una porción se come tres tarros… Una vaca come pasto, pero sigue siendo vaca…”.
Sin embargo, el domingo 8 ante Arsenal, Fabián jugó su primer partido completo y fue vital para el triunfo en una lucha épica: con ocho jugadores (dos expulsados y uno –Danilo Gerlo– desgarrado), y tras ir perdiendo uno a cero, River quebró la adversidad y la transformó en victoria por 3 a 1. “Estoy feliz, porque jugué mi primer partido como titular, y de manera correcta. Les tapé la boca a muchos que opinan de afuera y dijeron que con este peso no podía jugar un partido completo”, le cuenta a GENTE.
–¿Te sorprende que en lugar de tus cualidades futbolísticas se hable de lo que marca tu balanza?
–Y, a veces me rompe un poco las p…. Pero, bueno... Entiendo que esto es así. Igual, si los comentarios no son con mala leche, yo me los banco. El tema es cuando se la pasan hablando de vos sólo por tu peso.
–Ahora, mientras hacíamos las fotos, muchos te cruzaron y dijeron : “No estás tan gordo”. ¿Eso te pasa seguido?
–Todo el tiempo. El tema es que soy un tipo grandote, mido 1.89 y siempre fui morrudito. Reconozco que tengo tres o cuatro kilos de más, pero no es algo que me preocupe mucho.
–¿Estás haciendo dieta?
–Sí, estoy comiendo menos y más sano. Igual te digo: ¡aunque me digan “gordo”, voy a seguir comiendo los ravioles de mi vieja!
–¿Vas al restaurante de tu mamá?
–Sí, pero ahora menos que antes…
–¿Cuál es tu plato preferido?
–¡Los ravioles caseros de carne y verdura, con mucho tuco! Mi vieja tiene una mano…
–Pero eso lo tenés prohibido…
–Es cierto. Ahora me espera con churrasquito y ensalada; es una genia. Pero en serio: no quiero bajar mucho de peso, porque en la cancha tengo que estar fuerte. Yo aguanto mucho la pelota con el cuerpo, y por eso no puedo estar en menos de 96 kilos…
–¿Ya le regalaste la camiseta a tu mamá?
–No… ¡La vieja es de Boca! Les llevé mis camisetas a Vanina (28) y a Jésica (23), mis dos hermanas. Y Uma, mi hija, también tiene la suya…
–¿Uma es de River?
–Claro. ¿Cómo vas a preguntar eso? ¡Uma es bien gallina, como el papá!
–Ella fue clave para que hoy vos estés en River…
–Sí, porque lo que muchos no entendieron es que yo quería venir a Buenos Aires para estar cerca de ella. Ya no me bancaba más estar lejos y verla una vez cada quince días. Por eso decidí jugar en River.
–¿Cuándo la ves?
–Tres veces por semana se queda a dormir conmigo. Cuando voy a los entrenamientos se la llevo a mamá, y después la paso a buscar.
–¿Dónde se queda a dormir?
–Acá, en el hotel (vive en Puerto Madero, en un hotel cinco estrellas, hasta que le entreguen su departamento, que está a pocas cuadras), conmigo. Ella tiene su habitación armadita con su cama, su ropa y sus juguetes…
–Entonces no tenés mucho tiempo para salir de noche…
–No. Salgo los domingos, después de los partidos, o cuando tenemos día libre. ¡Si no salgo ahora, que tengo 23, ¿cuándo lo voy a hacer?! Peor sería quedarme encerrado…
–¿Cómo sigue tu relación con Amalia Granata?
–Es la mamá de mi hija (Amalia es la modelo que se hizo famosa por su affaire con Robbie Williams), y debemos llevarnos bien, porque vamos a tener de por vida alguien que nos une. Nos enamoramos, tuvimos una beba, lo nuestro no resultó y nos separamos. Algo normal…
–Famoso, fachero, hoy estás en boca de todos... ¿Es verdad que las mujeres se te regalan?
–¡Nooo, eso es un mito! ¡Hoy estoy más solo que Kung Fu! Uma y mi mamá son las únicas mujeres de mi vida.
Fabbiani, vivo y de pie. Dicen que pesaba 102, que bajó a 97, que Gorosito lo quiere en 93, que volvió a los 102, que… Poco importa: la ogromanía –puro amor y fanatismo– no se detiene en la aguja de la balanza. Dos pases de taquito, una diablura (caño o amague), un gesto gracioso, hacen crecer la idolatría. Un gol lo lleva a la categoría de semidiós. Si está en el banco, la tribuna mira más allí que al campo de batalla. Porque Fabbiani –un gran jugador, qué duda cabe– nació personaje: un título que no se compra ni se consigue en escuela ni universidad alguna. Se lleva, como una estrella, en la frente. Y en su caso, en las regordetas piernas de medias siempre caídas.
Fuente: revista gente Por Sergio Oviedo. Fotos: Christian Beliera, álbum familiar y Fabián Lio (Diario Popular)
En apenas dos meses, Cristian Fabbiani (23) se convirtió en un personaje público. Y, a pesar de que se gana la vida como jugador de fútbol, no sólo los hombres conocen y hablan de su vida o su historia. Su romance con Amalia Granata –de ese amor nació Uma, su única hija, de diez meses– lo instaló en todos los programas de tevé dedicados al espectáculo. Y en el ambiente del fútbol también produjo un raro fenómeno: su negativa a seguir jugando en Newell’s, argumentando que “necesitaba estar en Buenos Aires cerca de mi hija”, provocó amores y odios.
Por un lado se agruparon los hinchas ortodoxos, que lo acusaron de “desagradecido, por haberle dado la espalda al club de Rosario, que lo rescató del ostracismo de la liga rumana (jugaba en el CFR Cluj, donde salió campeón) y se arriesgó a traerlo un año a préstamo”. Por el otro, los más sentimentales, sobre todo las mujeres, lo defendieron a muerte. “Se la jugó por la hija que tuvo con la modelo Amalia Granata; eso demuestra el corazón que tiene”, opinan. Y por si fuera poco, él lanzó la última bomba: “Quiero jugar en River, porque soy hincha de River”. Esa declaración de amor a la banda roja, más un gol y otras diabluras (taquitos, en especial), bastaron para que la hinchada millonaria lo sentara en el trono más alto. Además, el Gordo nació cerquita del Monumental, en el barrio porteño de Saavedra.
LA OGROMANIA. Finalmente, cumplió el sueño de calzarse la camiseta de la banda sangre, como la llamaron algunos veteranos cronistas de fútbol. El 6 de febrero cumplió su primer entrenamiento en el Monumental, y seis días después debutó ante Nacional de Paraguay –arranque de la Copa Libertadores–. Entró a los 14 minutos del segundo tiempo, paró una pelota con el pecho, le pegó con todo, el arquero dio un rebote largo y Diego Buonanotte anotó el único gol del partido. Eso fue suficiente para hacer explotar la ogromanía. Las mujeres fueron a la cancha vestidas de Fiona (la novia de Shrek) y los vendedores ambulantes cambiaron el tradicional “¡hay gorro, bandera y vincha!” por las caretas del Ogro verde. Y el chico que nació el 12 de junio de 1985 y se crió en Ciudad Evita comenzó a alimentar el fanatismo… En su siguiente partido entró también en el segundo tiempo, marcó un gol y le dio la victoria a River: 2 a 1 contra Rosario Central…
CUESTION DE PESO. Tanto se habló del Ogro que todos lo pusieron bajo la lupa. Tema clave: sus kilos de más. Muchos medios fueron a buscar a Mirtha (50), su madre, cocinera desde hace un cuarto de siglo en Los Portugueses, un restaurante de Aldo Bonzi que está a la vuelta de su casa, para preguntarle si era la culpable de ese alto kilaje. Y no faltó la opinión de Néstor Gorosito, el DT de River y su padre futbolístico: “Es una lástima no poder usarlo desde el inicio. Tiene mucho sobrepeso. Dice que come ensalada, pero en vez de una porción se come tres tarros… Una vaca come pasto, pero sigue siendo vaca…”.
Sin embargo, el domingo 8 ante Arsenal, Fabián jugó su primer partido completo y fue vital para el triunfo en una lucha épica: con ocho jugadores (dos expulsados y uno –Danilo Gerlo– desgarrado), y tras ir perdiendo uno a cero, River quebró la adversidad y la transformó en victoria por 3 a 1. “Estoy feliz, porque jugué mi primer partido como titular, y de manera correcta. Les tapé la boca a muchos que opinan de afuera y dijeron que con este peso no podía jugar un partido completo”, le cuenta a GENTE.
–¿Te sorprende que en lugar de tus cualidades futbolísticas se hable de lo que marca tu balanza?
–Y, a veces me rompe un poco las p…. Pero, bueno... Entiendo que esto es así. Igual, si los comentarios no son con mala leche, yo me los banco. El tema es cuando se la pasan hablando de vos sólo por tu peso.
–Ahora, mientras hacíamos las fotos, muchos te cruzaron y dijeron : “No estás tan gordo”. ¿Eso te pasa seguido?
–Todo el tiempo. El tema es que soy un tipo grandote, mido 1.89 y siempre fui morrudito. Reconozco que tengo tres o cuatro kilos de más, pero no es algo que me preocupe mucho.
–¿Estás haciendo dieta?
–Sí, estoy comiendo menos y más sano. Igual te digo: ¡aunque me digan “gordo”, voy a seguir comiendo los ravioles de mi vieja!
–¿Vas al restaurante de tu mamá?
–Sí, pero ahora menos que antes…
–¿Cuál es tu plato preferido?
–¡Los ravioles caseros de carne y verdura, con mucho tuco! Mi vieja tiene una mano…
–Pero eso lo tenés prohibido…
–Es cierto. Ahora me espera con churrasquito y ensalada; es una genia. Pero en serio: no quiero bajar mucho de peso, porque en la cancha tengo que estar fuerte. Yo aguanto mucho la pelota con el cuerpo, y por eso no puedo estar en menos de 96 kilos…
–¿Ya le regalaste la camiseta a tu mamá?
–No… ¡La vieja es de Boca! Les llevé mis camisetas a Vanina (28) y a Jésica (23), mis dos hermanas. Y Uma, mi hija, también tiene la suya…
–¿Uma es de River?
–Claro. ¿Cómo vas a preguntar eso? ¡Uma es bien gallina, como el papá!
–Ella fue clave para que hoy vos estés en River…
–Sí, porque lo que muchos no entendieron es que yo quería venir a Buenos Aires para estar cerca de ella. Ya no me bancaba más estar lejos y verla una vez cada quince días. Por eso decidí jugar en River.
–¿Cuándo la ves?
–Tres veces por semana se queda a dormir conmigo. Cuando voy a los entrenamientos se la llevo a mamá, y después la paso a buscar.
–¿Dónde se queda a dormir?
–Acá, en el hotel (vive en Puerto Madero, en un hotel cinco estrellas, hasta que le entreguen su departamento, que está a pocas cuadras), conmigo. Ella tiene su habitación armadita con su cama, su ropa y sus juguetes…
–Entonces no tenés mucho tiempo para salir de noche…
–No. Salgo los domingos, después de los partidos, o cuando tenemos día libre. ¡Si no salgo ahora, que tengo 23, ¿cuándo lo voy a hacer?! Peor sería quedarme encerrado…
–¿Cómo sigue tu relación con Amalia Granata?
–Es la mamá de mi hija (Amalia es la modelo que se hizo famosa por su affaire con Robbie Williams), y debemos llevarnos bien, porque vamos a tener de por vida alguien que nos une. Nos enamoramos, tuvimos una beba, lo nuestro no resultó y nos separamos. Algo normal…
–Famoso, fachero, hoy estás en boca de todos... ¿Es verdad que las mujeres se te regalan?
–¡Nooo, eso es un mito! ¡Hoy estoy más solo que Kung Fu! Uma y mi mamá son las únicas mujeres de mi vida.
Fabbiani, vivo y de pie. Dicen que pesaba 102, que bajó a 97, que Gorosito lo quiere en 93, que volvió a los 102, que… Poco importa: la ogromanía –puro amor y fanatismo– no se detiene en la aguja de la balanza. Dos pases de taquito, una diablura (caño o amague), un gesto gracioso, hacen crecer la idolatría. Un gol lo lleva a la categoría de semidiós. Si está en el banco, la tribuna mira más allí que al campo de batalla. Porque Fabbiani –un gran jugador, qué duda cabe– nació personaje: un título que no se compra ni se consigue en escuela ni universidad alguna. Se lleva, como una estrella, en la frente. Y en su caso, en las regordetas piernas de medias siempre caídas.
Fuente: revista gente Por Sergio Oviedo. Fotos: Christian Beliera, álbum familiar y Fabián Lio (Diario Popular)
cristian fabbiani ogro jugadores lindo hombres
hola cristian ss mi amor inposible
ResponderEliminarss mi idolo
te digo algo, tuvist5e bn en estar cn karina "LA PRINCECITA" xq ella es mas bonita q tu jermu...... aguante vs pero eso si ojo tambien cn POLACO,jeje chiste chiste
bueno suerte che te adoro
hola cris como estas ,siempre con la mirada al frente , no bajes los brazos nunca .te quiero un monton .besos
ResponderEliminarque lindo sos cristian fabbiani , me encantas soy salteña me llamo veronica me encantaria conocerte algun dia bueno se que eso es imposible,pero las esperanza es lo unico que se pierde no ? besos.
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