José Álvarez es uno de los jóvenes actores protagonistas de Un golpe de suerte (15,45 h), la nueva serie adolescente de Telecinco. La ficción se graba en Mallorca, donde Álvarez interpreta a Víctor, un niño rico con malas intenciones.
Debe ser muy duro grabar rodeado de playas, barcos y sol...
Hombre duro, duro... Es duro levantarte todos los días a las seis de la mañana y trabajar durante todo el día, pero con mucho gusto.
Siendo tan jóvenes y viviendo en la isla, estarán viviendo un Gran Hermano
Sí, totalmente. Tiene su parte positiva y su parte negativa. La positiva es que estamos viviendo todos el mismo momento y estamos todos como una piña para apoyarnos en los bajones. Lo malo es que nunca llegas a casa y no terminas de desconectar.
¿Cuántas secuencias graba al día?
Entre 5 y 10. Lo peor es cuando llegas al hotel cansadísimo y te tienes que poner a aprenderte las secuencias para el día siguiente.
¿Cuándo se dio cuenta que quería ser actor?
Siempre lo había sentido, pero cuando estaba en segundo de fisioterapia me di cuenta de que aquello no era lo mío. Fue entonces cuando lo deje todo y me vine a Madrid a estudiar interpretación.
Al menos sabrá dar masajes...
Sí, en la facultad aprendí muchas cosas, entre otras, a dar masajes.
¿También aprendió allí a jugar al voleibol?
No, al voley juego desde niño, aunque la selección española vino más tarde. Era un mundo muy sacrificado, tenía que dedicarle muchas horas de entrenamiento.
Le da por jugar al voley y llega a jugar con la selección, le llega la vocación de actor y se arranca con una serie diaria... ¿Le quedan amigos o le tienen todos manía?
(Risas) Claro que no. Soy consciente de lo afortunado que soy, pero también tengo que reconocer que me lo he trabajado mucho. Lo de ser actor es una carrera a largo plazo. Hoy estas aquí y mañana no tienes para pagar el alquiler. Por eso hay que ser muy hormiguita, para cuando vienen las vacas flacas. Además, para entrar en esta serie ni te cuento la de casting que hice antes.
¿Qué le dicen en casa?
Que no se me suba a la cabeza y que disfrute de este momento. Ellos están muy contentos.
¿Ya le reconocen por la calle?
Bueno, en realidad los que me reconocen por la calle me insultan porque me relacionan con el personaje (risas).
¿Qué le dicen?
El otro día en una tienda, se me acercaron dos y me dijeron gilipollas.
Eso será porque no lo hace mal
Claro, para mí es un honor que me insulten porque eso es que he conseguido que Víctor sea creíble.
¿Pero es tan malo como parece?
No, es muy joven y está viviendo muchas cosas. Poco a poco irá descubriendo otra faceta más amable. Es lo mejor de mi personaje que evoluciona, que cambia, como la gente.
Para terminar, me dicen sus compañeros que es usted muy presumido...
(Risas) Pues la verdad es que sí, pero soy actor, bueno eso da igual, a todo el mundo le gusta verse bien, cuidarse...
Fuente:20minutos
José Alvarez actor de un golpe de suerte belleza española
Debe ser muy duro grabar rodeado de playas, barcos y sol...
Hombre duro, duro... Es duro levantarte todos los días a las seis de la mañana y trabajar durante todo el día, pero con mucho gusto.
Siendo tan jóvenes y viviendo en la isla, estarán viviendo un Gran Hermano
Sí, totalmente. Tiene su parte positiva y su parte negativa. La positiva es que estamos viviendo todos el mismo momento y estamos todos como una piña para apoyarnos en los bajones. Lo malo es que nunca llegas a casa y no terminas de desconectar.
¿Cuántas secuencias graba al día?
Entre 5 y 10. Lo peor es cuando llegas al hotel cansadísimo y te tienes que poner a aprenderte las secuencias para el día siguiente.
¿Cuándo se dio cuenta que quería ser actor?
Siempre lo había sentido, pero cuando estaba en segundo de fisioterapia me di cuenta de que aquello no era lo mío. Fue entonces cuando lo deje todo y me vine a Madrid a estudiar interpretación.
Al menos sabrá dar masajes...
Sí, en la facultad aprendí muchas cosas, entre otras, a dar masajes.
¿También aprendió allí a jugar al voleibol?
No, al voley juego desde niño, aunque la selección española vino más tarde. Era un mundo muy sacrificado, tenía que dedicarle muchas horas de entrenamiento.
Le da por jugar al voley y llega a jugar con la selección, le llega la vocación de actor y se arranca con una serie diaria... ¿Le quedan amigos o le tienen todos manía?
(Risas) Claro que no. Soy consciente de lo afortunado que soy, pero también tengo que reconocer que me lo he trabajado mucho. Lo de ser actor es una carrera a largo plazo. Hoy estas aquí y mañana no tienes para pagar el alquiler. Por eso hay que ser muy hormiguita, para cuando vienen las vacas flacas. Además, para entrar en esta serie ni te cuento la de casting que hice antes.
¿Qué le dicen en casa?
Que no se me suba a la cabeza y que disfrute de este momento. Ellos están muy contentos.
¿Ya le reconocen por la calle?
Bueno, en realidad los que me reconocen por la calle me insultan porque me relacionan con el personaje (risas).
¿Qué le dicen?
El otro día en una tienda, se me acercaron dos y me dijeron gilipollas.
Eso será porque no lo hace mal
Claro, para mí es un honor que me insulten porque eso es que he conseguido que Víctor sea creíble.
¿Pero es tan malo como parece?
No, es muy joven y está viviendo muchas cosas. Poco a poco irá descubriendo otra faceta más amable. Es lo mejor de mi personaje que evoluciona, que cambia, como la gente.
Para terminar, me dicen sus compañeros que es usted muy presumido...
(Risas) Pues la verdad es que sí, pero soy actor, bueno eso da igual, a todo el mundo le gusta verse bien, cuidarse...
Fuente:20minutos
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