A una semana de empezar una dura pretemporada, el segundo mejor tenista argentino habla de las raquetas, las raqueteras, las botineras, su amor por Estudiantes de La Plata, la noche, Luisana Lopilato, Del Potro y mucho más. Humilde, soltero y de buen humor, el tandilense de 25 años abre las puertas de su intimidad.
Juan Mónaco (25) está soltero, bronceado y relajado: una afortunada combinación de situaciones y estados de ánimo. Acaba de llegar de sus vacaciones y espera, sin demasiada ansiedad, el inicio de la pretemporada. “El lunes empiezo con triple turno. No me queda otra. Si no me entreno, me pasan por encima”, sentencia. Por eso, antes de volver a su oficina –la cancha de tenis–, Pico pasó ocho días junto a sus amigos de toda la vida en el Morro de Sao Paulo. “Alquilamos una lancha y recorrimos todas las islas de alrededor. No apreté el freno: hice todo lo que quise”, jura. Además, mientras toma una chocolatada en el bar del legendario Lawn Tenis Club, el club donde jugó su primer partido como profesional en el 2004, el tandilense devuelve con su mejor cara todos los interrogantes. Nada lo incomoda. Desfilan raquetas, raqueteras, botineras, el fútbol, la noche, Luisana Lopilato, Del Potro y su fanatismo –¡locura!– por Dragon Ball Z: “Nunca volví caminando del colegio. Salía a la una menos cuarto de la tarde y corría siete cuadras para llegar a mi casa, encerrarme en mi cuarto con llave y mirar el capítulo del día por Cablín. ¡Era un enfermito! Años después compartí la misma pasión con Rafa Nadal”.
–¿Qué balance hacés de tu tenis de este año?
–Fue un año bueno, ni más ni menos. Una temporada irregular, con buenos y malos momentos. Pero estoy tranquilo, porque terminé en el puesto 30º del ranking. Me alegra, porque si llego a jugar bien durante más tiempo, podría estar peleando entre los veinte mejores.
–Además, jugaste en el equipo de la Davis.
–Sí, es otro punto a favor. Hubiera preferido ganar alguna de las tres finales que disputé y tener mejores actuaciones en los Grand Slams, pero bueno... El lunes empiezo la pretemporada con esa intención.
–Siempre que jugaste en Buenos Aires te fue bien, desde tu debut contra Guillermo Coria hace cinco años hasta el primer ATP que ganaste hace dos.
–Sí... Además perdí una final contra Robredo y gané la Copa Peugeot del año pasado. Ahora, el 17 de diciembre, me toca defender el título, pero va a estar complicado: juegan Marat Safin, Fernando González, David Nalbandian, Marco Baghdatis y Carlos Moyá, todos finalistas de Grand Slams. Sin embargo, no me importa: jugar de local es un incentivo muy grande. Acá siempre me ilumino.
–Cuando estás entre amigos, ¿de qué hablan? ¿Fútbol, tenis o mujeres?
–Fútbol y mujeres, definitivamente. No me gusta hablar de tenis. Una vez que termino el entrenamiento me olvido. Ni siquiera miro partidos. Prefiero reunirme con jugadores de fútbol que compartir una mesa con Federer, Murray o Roddick. La verdad, me aburro.
–¿Sos el típico chico que quiere ser futbolista?
–¡Tal cual! Para mí no hay nada mejor que sentarme a escuchar historias de fútbol contadas por sus protagonistas.
–¿Cómo debe ser la mujer perfecta para vos?
–¿Existe? En ese caso debería ser simple, ni muy linda ni súper inteligente, natural... ¡Sin filtros! Tiene que ser como yo la veo.
–¿Hay una edad ideal para casarse?
–Sigo el consejo de mis padres, que se casaron después de los treinta. Ellos nos inculcaron a mí y a mis hermanos que en la vida hay que disfrutar las cosas en su momento. No hay que saltear las etapas, porque si no, pasa lo de ahora: ocho de cada diez parejas se separan.
–¿Qué debe hacer una mujer para casarse con vos?
–Nada especial, porque pienso casarme el día que encuentre a la persona adecuada, pero no sin antes haber vivido todo lo que tengo que vivir. ¡En eso estoy!
–¿La pasás bien como soltero?
–¡A full! Gran etapa. No tengo apuro en conseguir novia. Pero tampoco estoy tan cerrado: si viene, viene.
–¿Saldrías con Susana Giménez?
–La admiro demasiado como para salir con ella. Es una de mis ídolos. Mi viejo la sigue desde sus comienzos. El, seguro que se prende.
–¿Almorzarías con Mirtha Legrand?
–Sí, claro. Creo que una vez me invitó, pero no pude ir. Es otra de mis divas más admiradas. La veo y la escucho todos los días. Además, hace unos años habló muy bien de mí, y desde ese día la banco a muerte.
–¿Cómo te llevás con Luisana Lopilato, tu ex más famosa?
–Muy bien. Tengo una excelente relación con todas mis ex novias. Soy lo menos conflictivo del mundo. Se lo podés preguntar a mis amigos, a mi familia y a mis ex. Más te digo: cuando nos cruzamos con Luisana, nos saludamos con la mejor onda.
–¿Eras celoso cuando estabas de novio?
–¡Cero! Soy muy abierto. Lo que pasa es que en este país las mujeres son demasiado celosas. En Europa son diferentes, tienen otra mente. Por suerte, no entro en eso de los celos. Si una mina te rompe mucho las b..., a la larga la historia termina mal.
–¿Tus ex novias te rompían mucho con los celos?
–Lo normal.
–¿Te molesta salir con una famosa?
–Al principio es un poco raro, obvio. Tenés que acostumbrarte. Pero una vez que lo vivís, ya está. ¡Es exactamente lo mismo! Que sea famosa o muy conocida no cambia nada.
–¿Sos tímido?
–Al principio, lo admito, lo parezco un poco, porque tanteo demasiado. No soy un histérico, pero analizo mucho si la mujer que está conmigo lo hace por mí o porque soy famoso. No quiero clavarme...
–A la hora de seducir, ¿sos laburante o ingenioso?
–Más bien un laburante. Pero no niego que aprovecho a full mi posición en el ranking. El tenis me ayuda con las mujeres... ¡Le estoy eternamente agradecido!
–¿Cómo te llevás con el romanticismo?
–¡Bastante mal! Es uno de los defectos que tengo que cambiar en mis próximas relaciones.
–¿Te lo reprochan?
–Sí, claro. Y por eso quiero cambiar. Lo que pasa es que el hombre muy romántico... ¡me parece chanta! Son muy forzados, y a mí me gustan las cosas honestas.
–¿Les gustás a las extranjeras?
–Bastante, sobre todo en España. Escuchan la tonada y se vuelven locas. Te dan bola muy rápido. Es genial.
–¿Quién es la novia más linda del circuito?
–Con sumo respeto, Sara Foster, la novia de Tommy Haas. Y en segundo lugar, la mujer de Mardy Fish, Stacey Gardner. Dos mujeres muy, muy lindas.
–¿Y el jugador (o ex) con más noches del circuito?
–¡Ja! Marat Safin. ¡Es un animal! Es el jugador que más mujeres cambió en un año. Nunca estuvo ni ahí cerca de casarse. Me saco el sombrero ante él, tanto dentro como fuera del tenis. Ganó Grand Slams y fue el número uno. Cuando venga a la Argentina habrá que atarlo a la cama para que no salga...
–¿Hay diferencias entre raqueteras y botineras?
–Nunca salí con una botinera, no sé... Pero me imagino que puede estar tranquilamente con un tenista, y al revés también. Pero esa distinción es hablar muy mal de la mujer. Además, ¿cuánto puede durar una relación por conveniencia? A la larga le sacás la ficha.
–¿Hasta dónde va a llegar Del Potro?
–Va a ser el número uno. El año pasado tenía que dar el salto y ganarles a los cuatro de arriba, y lo hizo. Conociendo su mente y sus cualidades, es una cuestión de tiempo.
Fuente: Gente Por Juan Cruz Sánchez Mariño. Fotos: Alejandra Bratin
JUAN MONACO LINDOS TENISTAS HOMBRES
Juan Mónaco (25) está soltero, bronceado y relajado: una afortunada combinación de situaciones y estados de ánimo. Acaba de llegar de sus vacaciones y espera, sin demasiada ansiedad, el inicio de la pretemporada. “El lunes empiezo con triple turno. No me queda otra. Si no me entreno, me pasan por encima”, sentencia. Por eso, antes de volver a su oficina –la cancha de tenis–, Pico pasó ocho días junto a sus amigos de toda la vida en el Morro de Sao Paulo. “Alquilamos una lancha y recorrimos todas las islas de alrededor. No apreté el freno: hice todo lo que quise”, jura. Además, mientras toma una chocolatada en el bar del legendario Lawn Tenis Club, el club donde jugó su primer partido como profesional en el 2004, el tandilense devuelve con su mejor cara todos los interrogantes. Nada lo incomoda. Desfilan raquetas, raqueteras, botineras, el fútbol, la noche, Luisana Lopilato, Del Potro y su fanatismo –¡locura!– por Dragon Ball Z: “Nunca volví caminando del colegio. Salía a la una menos cuarto de la tarde y corría siete cuadras para llegar a mi casa, encerrarme en mi cuarto con llave y mirar el capítulo del día por Cablín. ¡Era un enfermito! Años después compartí la misma pasión con Rafa Nadal”.
–¿Qué balance hacés de tu tenis de este año?
–Fue un año bueno, ni más ni menos. Una temporada irregular, con buenos y malos momentos. Pero estoy tranquilo, porque terminé en el puesto 30º del ranking. Me alegra, porque si llego a jugar bien durante más tiempo, podría estar peleando entre los veinte mejores.
–Además, jugaste en el equipo de la Davis.
–Sí, es otro punto a favor. Hubiera preferido ganar alguna de las tres finales que disputé y tener mejores actuaciones en los Grand Slams, pero bueno... El lunes empiezo la pretemporada con esa intención.
–Siempre que jugaste en Buenos Aires te fue bien, desde tu debut contra Guillermo Coria hace cinco años hasta el primer ATP que ganaste hace dos.
–Sí... Además perdí una final contra Robredo y gané la Copa Peugeot del año pasado. Ahora, el 17 de diciembre, me toca defender el título, pero va a estar complicado: juegan Marat Safin, Fernando González, David Nalbandian, Marco Baghdatis y Carlos Moyá, todos finalistas de Grand Slams. Sin embargo, no me importa: jugar de local es un incentivo muy grande. Acá siempre me ilumino.
–Cuando estás entre amigos, ¿de qué hablan? ¿Fútbol, tenis o mujeres?
–Fútbol y mujeres, definitivamente. No me gusta hablar de tenis. Una vez que termino el entrenamiento me olvido. Ni siquiera miro partidos. Prefiero reunirme con jugadores de fútbol que compartir una mesa con Federer, Murray o Roddick. La verdad, me aburro.
–¿Sos el típico chico que quiere ser futbolista?
–¡Tal cual! Para mí no hay nada mejor que sentarme a escuchar historias de fútbol contadas por sus protagonistas.
–¿Cómo debe ser la mujer perfecta para vos?
–¿Existe? En ese caso debería ser simple, ni muy linda ni súper inteligente, natural... ¡Sin filtros! Tiene que ser como yo la veo.
–¿Hay una edad ideal para casarse?
–Sigo el consejo de mis padres, que se casaron después de los treinta. Ellos nos inculcaron a mí y a mis hermanos que en la vida hay que disfrutar las cosas en su momento. No hay que saltear las etapas, porque si no, pasa lo de ahora: ocho de cada diez parejas se separan.
–¿Qué debe hacer una mujer para casarse con vos?
–Nada especial, porque pienso casarme el día que encuentre a la persona adecuada, pero no sin antes haber vivido todo lo que tengo que vivir. ¡En eso estoy!
–¿La pasás bien como soltero?
–¡A full! Gran etapa. No tengo apuro en conseguir novia. Pero tampoco estoy tan cerrado: si viene, viene.
–¿Saldrías con Susana Giménez?
–La admiro demasiado como para salir con ella. Es una de mis ídolos. Mi viejo la sigue desde sus comienzos. El, seguro que se prende.
–¿Almorzarías con Mirtha Legrand?
–Sí, claro. Creo que una vez me invitó, pero no pude ir. Es otra de mis divas más admiradas. La veo y la escucho todos los días. Además, hace unos años habló muy bien de mí, y desde ese día la banco a muerte.
–¿Cómo te llevás con Luisana Lopilato, tu ex más famosa?
–Muy bien. Tengo una excelente relación con todas mis ex novias. Soy lo menos conflictivo del mundo. Se lo podés preguntar a mis amigos, a mi familia y a mis ex. Más te digo: cuando nos cruzamos con Luisana, nos saludamos con la mejor onda.
–¿Eras celoso cuando estabas de novio?
–¡Cero! Soy muy abierto. Lo que pasa es que en este país las mujeres son demasiado celosas. En Europa son diferentes, tienen otra mente. Por suerte, no entro en eso de los celos. Si una mina te rompe mucho las b..., a la larga la historia termina mal.
–¿Tus ex novias te rompían mucho con los celos?
–Lo normal.
–¿Te molesta salir con una famosa?
–Al principio es un poco raro, obvio. Tenés que acostumbrarte. Pero una vez que lo vivís, ya está. ¡Es exactamente lo mismo! Que sea famosa o muy conocida no cambia nada.
–¿Sos tímido?
–Al principio, lo admito, lo parezco un poco, porque tanteo demasiado. No soy un histérico, pero analizo mucho si la mujer que está conmigo lo hace por mí o porque soy famoso. No quiero clavarme...
–A la hora de seducir, ¿sos laburante o ingenioso?
–Más bien un laburante. Pero no niego que aprovecho a full mi posición en el ranking. El tenis me ayuda con las mujeres... ¡Le estoy eternamente agradecido!
–¿Cómo te llevás con el romanticismo?
–¡Bastante mal! Es uno de los defectos que tengo que cambiar en mis próximas relaciones.
–¿Te lo reprochan?
–Sí, claro. Y por eso quiero cambiar. Lo que pasa es que el hombre muy romántico... ¡me parece chanta! Son muy forzados, y a mí me gustan las cosas honestas.
–¿Les gustás a las extranjeras?
–Bastante, sobre todo en España. Escuchan la tonada y se vuelven locas. Te dan bola muy rápido. Es genial.
–¿Quién es la novia más linda del circuito?
–Con sumo respeto, Sara Foster, la novia de Tommy Haas. Y en segundo lugar, la mujer de Mardy Fish, Stacey Gardner. Dos mujeres muy, muy lindas.
–¿Y el jugador (o ex) con más noches del circuito?
–¡Ja! Marat Safin. ¡Es un animal! Es el jugador que más mujeres cambió en un año. Nunca estuvo ni ahí cerca de casarse. Me saco el sombrero ante él, tanto dentro como fuera del tenis. Ganó Grand Slams y fue el número uno. Cuando venga a la Argentina habrá que atarlo a la cama para que no salga...
–¿Hay diferencias entre raqueteras y botineras?
–Nunca salí con una botinera, no sé... Pero me imagino que puede estar tranquilamente con un tenista, y al revés también. Pero esa distinción es hablar muy mal de la mujer. Además, ¿cuánto puede durar una relación por conveniencia? A la larga le sacás la ficha.
–¿Hasta dónde va a llegar Del Potro?
–Va a ser el número uno. El año pasado tenía que dar el salto y ganarles a los cuatro de arriba, y lo hizo. Conociendo su mente y sus cualidades, es una cuestión de tiempo.
Fuente: Gente Por Juan Cruz Sánchez Mariño. Fotos: Alejandra Bratin
JUAN MONACO LINDOS TENISTAS HOMBRES
ME RECORDAS AL "GUILLE" VILAS (N° 1) CUANDO ERA JOVEN....
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