Fabián Orlovsky (34, guardavidas y profesor de Educación Física), también conocido como He Man, protagonizó un escándalo mediático cuando se lo vio muy cerca de Carolina Baldini (36), la ex mujer del Cholo Simeone, en el 2008. Ahora debutó como modelo –hizo una campaña para Dufour– y sueña con trabajar en televisión.
Cuando era pibe no veía muchos dibujitos… Nunca me llamó la atención He-man, te lo juro. Así que no me gustó mucho cuando me bautizaron así, pero todo bien… Ahora me río y todo”.
Fabián Orlovsky (34, nacido y criado en La Plata, divorciado, una hija, Jimena, de 14 años) es, para todos, el bañero, o He Man.
Y el bautismo del que habla, término que el propio rubio utiliza y sobre el cual no hay objeciones, llegó de la mano de uno de los escándalos más resonantes de 2008. Una historia que tuvo todos los ingredientes imprescindibles del mejor culebrón televisivo. Porque se habló de amor, infidelidad, mentiras y –también como sucede en las novelas– hubo varios amagues de finales, incluso en distintos tonos.
Aunque él prefiera definirse simplemente como un “guardavidas de profesión, el mismo trabajo que eligió mi hermano mayor, Mario”, su fama llegó como el amigo de Carolina Baldini –36, tres hijos (Giuliano, 16, Gianluca, 10, y Giovanni, 13), ¿ex? de Diego Simeone–. Durante 2008 la revista Paparazzi los mostró muy cerca en playas de distintas latitudes: en San Bernardo, Playa del Carmen y San Pablo, en marzo, agosto y octubre, respectivamente. Y, también se los vio saliendo del cine en Unicenter. Frente a esto, siempre la misma y única respuesta de ella: “Con Fabián somos amigos desde hace mucho tiempo”. Orlovsky, mutis por el foro. Hasta ahora… Casi un año y medio después del estallido, el rubio se anima al testimonio más buscado.
Y el momento elegido por el corpulento bañero no resulta antojadizo: a su ocupación de guardavidas, profesor de Educación Física y personal trainer, le sumó el trabajo de modelo. Debutó con la firma Dufour (ya hizo fotos con la nueva colección de verano) y se animó a hablar con GENTE en exclusivo. La entrevista se hizo en un café en La Plata, muy cerca de la Catedral.
“Hice una producción de fotos como modelo, y la verdad es que la pasé muy bien. También me gustaría actuar, probarme en televisión. Soy de esos tímidos que se animan a todo”, dijo para romper el hielo. “Y anotá otra: soy pincharrata desde la cuna. A Estudiantes lo voy a ver siempre a la cancha”. No fuma, no toma café, pidió un agua mineral y se dispuso a conversar. A contar…
–¿Cómo cambió tu vida cuando te viste en fotos junto a Carolina Baldini?
–Me tomó de sorpresa. No soy una persona pública, y en su momento pensé que lo mejor era no decir nada. Guardarme, quedarme tranquilo. Y no quise aprovecharme de nada. Para mí era una situación dolorosa involucrar a otras personas. No quería lastimar a nadie, y menos a Caro. Pero nadie me dijo “no hables”. Fue una decisión mía.
–¿No temías que muchos pensaran “el que calla, otorga”?
–Sí, eso es cierto. Pero era un mundo nuevo. Me sentía desbordado. No sé si estuve bien, pero quería proteger a todos. Tampoco sé si funcionó. Si ahora hablo es porque viene acompañado de trabajo, de una linda oportunidad.
–¿De dónde la conocías a Carolina?
–Conozco a su familia de la playa, de San Bernardo. Hace años que veranean allá. Yo soy el guardavidas de la playa desde hace más de diez años, y fue generándose una amistad. No te sabría decir el año, pero hace mucho. Siempre charlábamos: ella conocía a mi hija, yo a sus chicos.
–¿Y cómo se hicieron amigos fuera de la playa?
–Como pasa con cualquier amistad. Un día charlamos, nos colgamos hablando, empezamos a vernos todos los años… No se dio el primer año, ojo. También es cierto que es difícil la amistad entre hombres y mujeres, pero entre nosotros se dio. Aparte, es una mujer muy copada.
–¿Cuando terminaba el verano seguía el vínculo entre ustedes?
–Nos llamábamos por teléfono y nos visitábamos algunas veces. Salíamos con amigos. Tenemos muchas cosas en común, y eso nos unió. A Caro le gustan mucho los deportes, viajar… igual que a mí. Por eso nos llevamos tan bien. Y por eso, a pesar de lo que pasó, ella se arriesgó y siguió con la amistad…
–¿Amistad, decís? ¿No hubo romance?
–No… La relación es de buena onda. Me pudo atraer o no, pero su situación no ameritaba ningún romance. Para mí es una persona valiosa, la quiero.
–Cuando explotó el escándalo, ¿se comunicaron entre ustedes?
–Sí, hubo un par de charlas. Y eran casi de disculpas mutuas. Yo, por el lío que se generó, y ella, por sacarme del anonimato. Pero me dijo que quería seguir la relación, que no iba a condicionarse por el qué dirán.
–Una segunda foto que se hizo pública los mostró en México…
–El tema fue así: yo estaba trabajando en Playa del Carmen y ella viajó a un lugar cercano, Villa Paraíso. Estaba veraneando con una amiga y los hijos, y me acerqué para charlar un rato hasta el hotel donde se hospedaba. Yo no estaba de vacaciones, así que no me quedé mucho.
–Tercera foto: una playa muy cerca de San Pablo, Brasil. ¡Ahí no estabas trabajando!
–Es verdad. Por eso hizo más revuelo. También fui yo a visitarla. Estaba en Río, de viaje, con un grupo de amigos. Hablamos por teléfono. Ella vacacionaba en San Pablo con una amiga. Me acerqué y pasamos un día juntos en la playa.
–¿Se daban cuenta de que corrían riesgos?
–Sí, pero no lo veíamos como algo malo.
–Ella decía que atravesaba una crisis matrimonial…
–Ese es un tema de ella. No me consta.
–¿Por qué pensás que nadie creyó ni cree que son sólo amigos?
–Y… por eso de que somos jóvenes y tenemos aficiones en común. Hablar de esto me cuesta... No hablo de mi vida privada con nadie.
–¿Tendrías un romance con ella?
–No lo sé. Las relaciones son así. A veces empiezan con una amistad y con el tiempo se dan. O no. El amor no es una ciencia matemática. Uno nunca sabe. El tiempo dará su veredicto.
–¿Qué opinión te merece Carolina como mujer?
–Es una gran persona, hermosa, elegante… ¡La verdad que está bárbara! Carolina puede hacer feliz a cualquier hombre, eso es así. Lamentablemente no soy yo el privilegiado, al menos por ahora.
–¿Qué sentís cuando la critican?
–Me duele, porque la conozco y es una buena persona. Se preocupa por los demás, ayuda, y te banca si necesitás algo. La verdad, es muy valiosa. A mí me duele que haya vivido tanta tensión justo en el momento en que ella regresaba a los medios y a la televisión con Bailando por un sueño… Aparte, conmigo se la jugó: podría haber cortado la amistad y no lo hizo. Creo que le costó un poco caro.
–Por estos días, Baldini se muestra separada de Diego Simeone, su marido durante unos quince años. ¿Siguen hablando?
–A veces sí. Siempre hablamos de nuestros hijos. De las cosas de pareja, si ella me cuenta, todo bien, pero si no, prefiero no saber. Hace un tiempo que no nos vemos, porque hace rato que no viajo a la Capital Federal, pero nos hablamos seguido. Es una amistad constante y profunda. Nos queremos mucho.
Fuente: gente, Por Mariel Fuentes. Fotos: Santiago Turienzo, Christian Beliera y Javier Moreno.
Fabián Orlovsky bañero de la chola hombres argentinos
Cuando era pibe no veía muchos dibujitos… Nunca me llamó la atención He-man, te lo juro. Así que no me gustó mucho cuando me bautizaron así, pero todo bien… Ahora me río y todo”.
Fabián Orlovsky (34, nacido y criado en La Plata, divorciado, una hija, Jimena, de 14 años) es, para todos, el bañero, o He Man.
Y el bautismo del que habla, término que el propio rubio utiliza y sobre el cual no hay objeciones, llegó de la mano de uno de los escándalos más resonantes de 2008. Una historia que tuvo todos los ingredientes imprescindibles del mejor culebrón televisivo. Porque se habló de amor, infidelidad, mentiras y –también como sucede en las novelas– hubo varios amagues de finales, incluso en distintos tonos.
Aunque él prefiera definirse simplemente como un “guardavidas de profesión, el mismo trabajo que eligió mi hermano mayor, Mario”, su fama llegó como el amigo de Carolina Baldini –36, tres hijos (Giuliano, 16, Gianluca, 10, y Giovanni, 13), ¿ex? de Diego Simeone–. Durante 2008 la revista Paparazzi los mostró muy cerca en playas de distintas latitudes: en San Bernardo, Playa del Carmen y San Pablo, en marzo, agosto y octubre, respectivamente. Y, también se los vio saliendo del cine en Unicenter. Frente a esto, siempre la misma y única respuesta de ella: “Con Fabián somos amigos desde hace mucho tiempo”. Orlovsky, mutis por el foro. Hasta ahora… Casi un año y medio después del estallido, el rubio se anima al testimonio más buscado.
Y el momento elegido por el corpulento bañero no resulta antojadizo: a su ocupación de guardavidas, profesor de Educación Física y personal trainer, le sumó el trabajo de modelo. Debutó con la firma Dufour (ya hizo fotos con la nueva colección de verano) y se animó a hablar con GENTE en exclusivo. La entrevista se hizo en un café en La Plata, muy cerca de la Catedral.
“Hice una producción de fotos como modelo, y la verdad es que la pasé muy bien. También me gustaría actuar, probarme en televisión. Soy de esos tímidos que se animan a todo”, dijo para romper el hielo. “Y anotá otra: soy pincharrata desde la cuna. A Estudiantes lo voy a ver siempre a la cancha”. No fuma, no toma café, pidió un agua mineral y se dispuso a conversar. A contar…
–¿Cómo cambió tu vida cuando te viste en fotos junto a Carolina Baldini?
–Me tomó de sorpresa. No soy una persona pública, y en su momento pensé que lo mejor era no decir nada. Guardarme, quedarme tranquilo. Y no quise aprovecharme de nada. Para mí era una situación dolorosa involucrar a otras personas. No quería lastimar a nadie, y menos a Caro. Pero nadie me dijo “no hables”. Fue una decisión mía.
–¿No temías que muchos pensaran “el que calla, otorga”?
–Sí, eso es cierto. Pero era un mundo nuevo. Me sentía desbordado. No sé si estuve bien, pero quería proteger a todos. Tampoco sé si funcionó. Si ahora hablo es porque viene acompañado de trabajo, de una linda oportunidad.
–¿De dónde la conocías a Carolina?
–Conozco a su familia de la playa, de San Bernardo. Hace años que veranean allá. Yo soy el guardavidas de la playa desde hace más de diez años, y fue generándose una amistad. No te sabría decir el año, pero hace mucho. Siempre charlábamos: ella conocía a mi hija, yo a sus chicos.
–¿Y cómo se hicieron amigos fuera de la playa?
–Como pasa con cualquier amistad. Un día charlamos, nos colgamos hablando, empezamos a vernos todos los años… No se dio el primer año, ojo. También es cierto que es difícil la amistad entre hombres y mujeres, pero entre nosotros se dio. Aparte, es una mujer muy copada.
–¿Cuando terminaba el verano seguía el vínculo entre ustedes?
–Nos llamábamos por teléfono y nos visitábamos algunas veces. Salíamos con amigos. Tenemos muchas cosas en común, y eso nos unió. A Caro le gustan mucho los deportes, viajar… igual que a mí. Por eso nos llevamos tan bien. Y por eso, a pesar de lo que pasó, ella se arriesgó y siguió con la amistad…
–¿Amistad, decís? ¿No hubo romance?
–No… La relación es de buena onda. Me pudo atraer o no, pero su situación no ameritaba ningún romance. Para mí es una persona valiosa, la quiero.
–Cuando explotó el escándalo, ¿se comunicaron entre ustedes?
–Sí, hubo un par de charlas. Y eran casi de disculpas mutuas. Yo, por el lío que se generó, y ella, por sacarme del anonimato. Pero me dijo que quería seguir la relación, que no iba a condicionarse por el qué dirán.
–Una segunda foto que se hizo pública los mostró en México…
–El tema fue así: yo estaba trabajando en Playa del Carmen y ella viajó a un lugar cercano, Villa Paraíso. Estaba veraneando con una amiga y los hijos, y me acerqué para charlar un rato hasta el hotel donde se hospedaba. Yo no estaba de vacaciones, así que no me quedé mucho.
–Tercera foto: una playa muy cerca de San Pablo, Brasil. ¡Ahí no estabas trabajando!
–Es verdad. Por eso hizo más revuelo. También fui yo a visitarla. Estaba en Río, de viaje, con un grupo de amigos. Hablamos por teléfono. Ella vacacionaba en San Pablo con una amiga. Me acerqué y pasamos un día juntos en la playa.
–¿Se daban cuenta de que corrían riesgos?
–Sí, pero no lo veíamos como algo malo.
–Ella decía que atravesaba una crisis matrimonial…
–Ese es un tema de ella. No me consta.
–¿Por qué pensás que nadie creyó ni cree que son sólo amigos?
–Y… por eso de que somos jóvenes y tenemos aficiones en común. Hablar de esto me cuesta... No hablo de mi vida privada con nadie.
–¿Tendrías un romance con ella?
–No lo sé. Las relaciones son así. A veces empiezan con una amistad y con el tiempo se dan. O no. El amor no es una ciencia matemática. Uno nunca sabe. El tiempo dará su veredicto.
–¿Qué opinión te merece Carolina como mujer?
–Es una gran persona, hermosa, elegante… ¡La verdad que está bárbara! Carolina puede hacer feliz a cualquier hombre, eso es así. Lamentablemente no soy yo el privilegiado, al menos por ahora.
–¿Qué sentís cuando la critican?
–Me duele, porque la conozco y es una buena persona. Se preocupa por los demás, ayuda, y te banca si necesitás algo. La verdad, es muy valiosa. A mí me duele que haya vivido tanta tensión justo en el momento en que ella regresaba a los medios y a la televisión con Bailando por un sueño… Aparte, conmigo se la jugó: podría haber cortado la amistad y no lo hizo. Creo que le costó un poco caro.
–Por estos días, Baldini se muestra separada de Diego Simeone, su marido durante unos quince años. ¿Siguen hablando?
–A veces sí. Siempre hablamos de nuestros hijos. De las cosas de pareja, si ella me cuenta, todo bien, pero si no, prefiero no saber. Hace un tiempo que no nos vemos, porque hace rato que no viajo a la Capital Federal, pero nos hablamos seguido. Es una amistad constante y profunda. Nos queremos mucho.
Fuente: gente, Por Mariel Fuentes. Fotos: Santiago Turienzo, Christian Beliera y Javier Moreno.
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