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viernes, 6 de noviembre de 2009

Así se rodó la película más esperada del año




El jueves 19 de noviembre llegará a Argentina el segundo capítulo de la saga de vampiros escrita por Stephenie Meyer, que arrancó con Crepúsculo y consagró a Kristen Stewart (19) y Robert Pattinson (23) como dos de los actores más sexy del momento. En exclusiva desde Vancouver, Canadá, donde se consumó parte del filme, GENTE les acerca imágenes inéditas, cuenta pormenores de la producción y se pregunta: ¿Bella Swan y Edward Cullen están saliendo de verdad?

Descargaba ella, Bella Swan (en la ficción), Kristen Stewart (en realidad), en un alto de la filmación: “Lejos de aquí, del plató, luzco camisetas tipo funky, zapatillas abotinadas y pelo sucio que les escapa a los peines. ¿De qué glamour me hablan? Lo mío, te aseguro, no va por el lado del glamour”.

Sostenía él, Edward Cullen (en la ficción), Robert Pattinson (en realidad), en otro corte: “No comprendo lo que me viene sucediendo con las chicas. Ayer, por ejemplo, durante un descanso, paré para almorzar en la carretera y al salir había 400 damas pidiéndome fotos y autógrafos”.

... Lo decían ellos tiritando en un atardecer del último marzo y pronto, ante la orden grave de un altavoz, volvían a introducirse en el espeso bosque verde musgo del Stanley Park, Vancouver, perteneciente a Columbia Británica, la provincia más occidental de Canadá, en la costa del océano Pacífico. Allí, donde los colores intensos y los tonos fríos contrastan como una pintura de Caravaggio, donde los ‘cálidos’ cuatro grados bajo cero confirman que el invierno comienza a despedirse del Hemisferio Norte, donde se escuchan pájaros y sonido a agua cristalina corriendo y donde cualquier fan entregaría hasta su sangre con tal de estar presente. Porque, lo dice GENTE ahora, en el sitio descrito arrancó el rodaje de Luna nueva, la esperadísima continuación de Crepúsculo, cinta que desató la fiebre roja en el planeta Tierra.

“¿NUESTRO RETO CENTRAL? No repetir la primera”, advertía acelerado Wyck Godfrey, el productor: “Si en 2008 la mortal Bella supo que a su mundo lo habitaban vampiros buenos, caso Edward, y vampiros villanos, imagínense su sorpresa al descubrir en 2009 que también existen licántropos de distintas características. Y ruego que resaltes aquí a Jacob, el fundamental rol encarnado por Taylor Lautner”, anticipaba Godfrey, informando que la premisa medular inicial apuntaba a rendirle culto y fidelidad a la novela de Stephenie Meyer, quien ya editó cinco libros relacionados. “Chris, el director, me mandó muuuuuchos correos electrónicos. Deseaba los detalles exactos de mis descripciones. Honró mis páginas”, apuntalaba la norteamericana. “Si se trataba de El Señor de los Anillos no hubiese podido acudir a J.R.R. Tolkien, ¿verdad? Pero se trata de la saga de Twilight, apenas un teclado de computadora me separaba de Step, ¡y lo aproveché!”, comparaba Chris Weitz, responsable, en 2007, de La brújula dorada. “Consultada la creadora, apenas nos restaba encarar la continuación. Y ahí empezamos a ponerle manos a la obra”.

Manos y un total de 70 millones de dólares, en realidad, para su flamante obra cinematográfica. Lógico, luego del éxito de Crepúsculo, que costó 35 millones de dólares y recaudó 350, valía la pena doblar la apuesta. Ergo, el neoyorquino distribuyó un panfleto general de 20 hojas, explicando sus ideas respecto a la película y los personajes. La reseña orientadora le permitiría al equipo conocer los distintos escenarios y su estilo de trabajo. “Organizada la columna vertebral, podíamos darnos el lujo de improvisar”, comentaba, agradecido por el beneficio de contar con el elenco elegido para el capítulo inicial, aquel que capitaneó la tejana Catherine Hardwicke. “Junto a Joseph Middleton convocamos a un casting que igual costó pulir. Pienso que hasta el mínimo papel necesita del mayor intérprete”, afirmaba Weitz, orgulloso de los resultados obtenidos al constituir, en particular, a la familia draculiana Volturi, que debutará dentro de los cuerpos de Michael Sheen (Aro), Cameron Bright (Alec), Jamie Campbell Bower (Caius), Dakota Fanning (Jane) y Christopher Heyerdahl (Marcus). “La llegada de los Volturi nos trasladará a la ciudad medieval de Montepulciano, en Toscana, Italia. Allí completaremos las tomas”, avisaba. De la misma manera que, al escuchar los nombres Kristen Stewart y Robert Pattinson, contestaba: “Merecen un párrafo propio”.

“¿QUE HAY ENTRE LOS DOS? Varias horas juntos”. Al margen de la respuesta ensayada de ambos hace pocos días, los protagonistas prefieren obviar el asunto, aun conscientes de que su supuesto romance encabeza la lista de rumores internacionales del corazón. Y si bien además saben que ciertas especulaciones del ambiente adelantan que lo ratificarán cerca del estreno de Nueva luna (previsto para el 19 de noviembre en la Argentina), Stewart –9 de abril de 1990, Los Angeles, Estados Unidos; 1,65 metro– y Pattinson –13 de mayo de 1986, Londres, Inglaterra; 1,85 m.– hoy escogen esquivar la cuestión frente al periodismo, optando por no aclarar u oscurecer ni siquiera un par de simpáticos chimentos que andan circulando. ¿Cuáles? Que jornadas atrás cenaron solos en el restaurante Pinky, de Vancouver, y que compartieron suite en el hotel Sheraton de la misma ciudad, en la que acaban de culminar Eclipse, el tercer envío, que a partir de 2011 completarán Amanecer y Sol de medianoche. “Podemos confirmar una certeza. Sí, coincidimos en que la fantástica pluma de Meyer nos ha cambiado la vida”, repiten en las ruedas de prensa, atentos a no cruzar el cerco de la intimidad. Aunque siete meses atrás, mientras abandonaban tiritando el set canadiense, los herederos top del oscuro conde de Transilvania dejaban interesantes pistas, al tiempo que intentaban promocionar su inminente largometraje...

Escuchen –o lean– el cierre de Kristen: “La peor pesadilla de Bella será que Edward la dejó, cosa que le generará fuertes cuestionamientos. Necesita de él, le da equilibrio. Lo que no significa que sea la mejor criatura para ella”.

Escuchen –o lean– el cierre de Robert: “Cuando Edward le da la espalda a Bella, se mata a él mismo alejándose de ella, debido a que se volvieron dependientes. Yo no le recomiendo a nadie semejante pérdida”.
Fuente: Gente, Por Leonardo Ibáñez. Fotos: Alfa Films y ELS Focus.

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