Una escena se repite hasta el hartazgo. Un adolescente con ganas de hacer música, graba un video casero, lo sube YouTube y espera sentado las repercusiones. Algunas veces, el artista es difundido en un circuito cerrado o bien pasa inadvertido. Solo en contadas oportunidades, entre millones de videos, alguien lo pesca al vuelo, le ve chapa de estrella y le da un contrato discográfico. Esto les sucede a pocos, pero esto le sucedió al canadiense Justin Bieber. Scooter Braun, quien se convertiría en su manager, hizo que Bieber pusiera la firma y así diera el primer paso en su corta pero vertiginosa carrera.
Ustedes se preguntarán cuántos discos pudo haber grabado Justin para que su éxito haya sido tan rotundo. La respuesta: solo dos. My World (2009) y My World 2.0 (2010). Con el primero, el canadiense ya se había consagrado como el artista con el mejor debut el año pasado y el único en lograr siete canciones en el Top 100 de Billboard. Nada mal para alguien que no fue propulsado por la factoría Disney sino por su propia madre. ¿Cómo es eso? Pattie Mallette, quien crió a Justin sola, fue quien lo ayudó a grabar y subir videos a YouTube. Lo que se dice una madre moderna.
Pero, ¿qué más esconde Bieber para justificar semejante consagración meteórica? Podemos pensar que, cuando Zac Efron creció y apuntó a una carrera cinematográfica más nutritiva, el mundo del entretenimiento necesitaba de otro joven carilindo y carismático. La música, la industria y las chicas lo pedían a gritos. Bieber, con astucia y un corte de pelo del que todos hablan (una suerte de look post-flogger) se sentó en ese banquillo desocupado. Y tomó a todos por sorpresa. Canciones con títulos estratégicos como "One Less Lonely Girl", "Lovely" y "Favourite Girl" (sí, la interpelación a las jovencitas es moneda corriente en su microuniverso) fueron éxitos instantáneos y pegadizos. Tan pegadizos que ni Barack Obama pudo resistirse a ellos. El presidente de los EE.UU. lo convocó para cantar en el programa especial Christmas in Washington, transmitido directamente desde la Casa Blanca.
Por supuesto, el segundo disco salió de la parrilla con la misma rapidez con la que Justin peina su pelo, su evidente marca registrada. My World 2.0 se dio a conocer con "Baby", un single que contó con la colaboración del rapper Ludacris y que, claro, también fue todo un éxito. Sí. Solo dos discos, una aparición que hizo arder los teléfonos en Saturday Night Live, un look elaborado para generar suspiros (y ventas), una propuesta para hacer la versión masculina de Hannah Montana y una fiebre en Twitter que no baja. No hay día en que su nombre no sea un tópico requerido. Él, quien ya tiene 1.926.080 seguidores, les contesta a su fanáticos con cero actitud de estrella. Porque Justin, a pesar de ser el nuevo ídolo adolescente, no se la cree. Con fama y dinero a cuestas, sigue siendo el mismo chico que grabó para YouTube esos videos con su madre.
Ustedes se preguntarán cuántos discos pudo haber grabado Justin para que su éxito haya sido tan rotundo. La respuesta: solo dos. My World (2009) y My World 2.0 (2010). Con el primero, el canadiense ya se había consagrado como el artista con el mejor debut el año pasado y el único en lograr siete canciones en el Top 100 de Billboard. Nada mal para alguien que no fue propulsado por la factoría Disney sino por su propia madre. ¿Cómo es eso? Pattie Mallette, quien crió a Justin sola, fue quien lo ayudó a grabar y subir videos a YouTube. Lo que se dice una madre moderna.
Pero, ¿qué más esconde Bieber para justificar semejante consagración meteórica? Podemos pensar que, cuando Zac Efron creció y apuntó a una carrera cinematográfica más nutritiva, el mundo del entretenimiento necesitaba de otro joven carilindo y carismático. La música, la industria y las chicas lo pedían a gritos. Bieber, con astucia y un corte de pelo del que todos hablan (una suerte de look post-flogger) se sentó en ese banquillo desocupado. Y tomó a todos por sorpresa. Canciones con títulos estratégicos como "One Less Lonely Girl", "Lovely" y "Favourite Girl" (sí, la interpelación a las jovencitas es moneda corriente en su microuniverso) fueron éxitos instantáneos y pegadizos. Tan pegadizos que ni Barack Obama pudo resistirse a ellos. El presidente de los EE.UU. lo convocó para cantar en el programa especial Christmas in Washington, transmitido directamente desde la Casa Blanca.
Por supuesto, el segundo disco salió de la parrilla con la misma rapidez con la que Justin peina su pelo, su evidente marca registrada. My World 2.0 se dio a conocer con "Baby", un single que contó con la colaboración del rapper Ludacris y que, claro, también fue todo un éxito. Sí. Solo dos discos, una aparición que hizo arder los teléfonos en Saturday Night Live, un look elaborado para generar suspiros (y ventas), una propuesta para hacer la versión masculina de Hannah Montana y una fiebre en Twitter que no baja. No hay día en que su nombre no sea un tópico requerido. Él, quien ya tiene 1.926.080 seguidores, les contesta a su fanáticos con cero actitud de estrella. Porque Justin, a pesar de ser el nuevo ídolo adolescente, no se la cree. Con fama y dinero a cuestas, sigue siendo el mismo chico que grabó para YouTube esos videos con su madre.
fuente: clarin
Justin Bieber nuevo ídolo adolescente fotos
bueno en realidad el es el mas famoso para mi a todos le este pegendo la bieberfever osea una fiebre de enamoracionn , yo lo quiero besos jusitn bieber kisess
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