BUSCA AMIGOS

MOSTRALE A TUS AMIGAS

martes, 2 de septiembre de 2008

Carlos Delfino






Se destacó en los Juegos Olímpicos de Beijing, en el equipo de básquet junto a Manu Ginóbili y acaba de firmar un contrato millonario por el que va a ganar más que la estrella de la NBA. En una charla distendida habló de cómo es vivir separado de su hija Milagros de 8 años, de su matrimonio con una modelo italiana de 23 y hasta de cómo Versace lo tentó para convertirse en modelo. Un jugador con estilo propio.
Es muy simpático y sencillo a la hora de hablar. Su altura lo acostumbró, sin quererlo, a mirar todo desde arriba, pero eso no esconde ningún eufemismo: es sólo el lugar desde el que observa al mundo.
Llegó a los Juegos Olímpicos lleno de entusiasmo y expectativas, luego de firmar un contrato histórico y millonario con un importante equipo ruso de Moscú, llamado Khimiki, que por un contrato de tres años le pagará u$s10 millones anuales (un poco más de los u$s 9,9 que percibirá Manu Ginóbili por la temporada 2008/2009 en el San Antonio Spurs).
Venía de jugar durante cuatro años en la NBA. “Esos años fueron de ensueño para mí y pienso volver algún día”, dice. Allí su única compañía era su esposa Martina Cortese, una modelo italiana de 23 años y las esporádicas visitas de Milagros, su hija de 8 años, que tuvo fruto de una relación anterior y que vive con su mamá en Santa Fe.
Había comenzado su carrera internacional en Italia: primero en Reggio Calabria y posteriormente en el Bologna. Pero sus inicios en el básquet datan de mucho tiempo antes, casi desde su nacimiento, hace 26 años. “Toda mi familia juega este deporte. Ni me acuerdo cuándo fue la primera vez que agarré una pelota. Mi papá fue jugador, mi tía es entrenadora y en la quinta familiar que tenemos en Santa Fe hay un aro donde siempre armamos competencias”, cuenta sonriendo.
A los 16 años se convirtió en profesional, jugando para un equipo de Sunchales, a tres horas de la casa que compartía con sus padres, su hermano y sus dos hermanas, pero confiesa: “aguanté sólo unos meses porque extrañaba mucho a mi familia”.
-¿Te acostumbraste a no vivir en la Argentina?-Ya hace 8 años que no vivo en Santa Fe y, al principio, se me hizo duro. Pero ahora ya está. Estoy a 12 mil kilómetros de distancia, pero me siento cómodo y tranquilo. Me acostumbré también a que mi mujer fuera y viniera de Italia mientras yo jugaba los partidos de la NBA por todo Estados Unidos.
-¿Cómo se conocieron?-Fue en Italia. El hermano de Martina jugaba conmigo en Bologna y un día ella vino a ver un partido. Como yo estaba lesionado, ella se sentó a mi lado en el banco... y así empezó todo. Hace ya cuatro años. Fue durante mi última etapa en Italia. Después me fui a los Juegos Olímpicos de Atenas y volviendo de Grecia la pasé a buscar. Fuimos juntos para Argentina, conoció a mi familia y más tarde nos fuimos a Estados Unidos. Ese fue un lindo año.
-Una novia y una medalla de oro. Y cuando venís al país ¿qué te gusta hacer?-Me quedo en Santa Fe lo más que puedo, porque es mi lugar en el mundo. Mi vida ahí es ser papá full time de Mili. Me levanto a las seis y media para llevarla al colegio, después la busco, la llevo a inglés, a danza y a todo lo que hace. Trato de aprovecharla al máximo, el tiempo que estoy acá.
-¿Cómo llevás la relación a distancia con tu nena?-Ahora mejor, porque a medida que va a creciendo nuestra relación mejora. Al principio, me sentía medio raro, porque era duro no poder verla. Pero ella ya sabe cómo son las cosas y cuando hay un huequito mi mamá la lleva a visitarme. Además, con Internet estamos siempre conectados.

3 comentarios:

  1. Es hermoso!!!
    y juega bien,
    Vamos ARGENTINA!!!

    ResponderEliminar
  2. STAS RRR WENOOOOOO BOMBONCITO T RRRR DOYYYYYYYYYYY!!!!! SS DIVINO PAPITO....

    ResponderEliminar

ENCUESTAS