Cumplió 48 años y los celebró con dos fiestas. La primera el jueves, junto a su familia y en un salón de Las Cañitas. La segunda el viernes, en una parrilla de Ciudad Evita y acompañado por su novia y amigos como Adrián Suar, Martín Palermo y Adolfo Cambiaso. Feliz por su flamante designación al frente de nuestro equipo nacional, también rindió homenaje a Pedro Pompilio, el presidente de Boca fallecido el mismo 30 de octubre.
Será un cumpleaños algo raro (Diego se calla unos segundos, y continúa). ¡Tenía tantas ganas de festejarlo! Por las nenas, por Verónica, por lo de la Selección… Sin embargo, la noticia de la muerte de Pedro (Pompilio) se convirtió en un balde de agua fría. Pero, bueno... ¿Qué puedo hacer? La vida sigue, y acá estamos”. La confesión de Diego Armando Maradona resume la manera en que el Diez vivió la llegada de sus 48 años el mismo jueves 30 de octubre en que despertó con una terrible noticia: el presidente de Boca Juniors, su amigo, el hombre que durante 2007 lo convirtió en asesor deportivo del equipo de sus amores, Pedro Pompilio, había muerto de un infarto.
CUMPLE 1. El del mismo jueves, con su familia y en Las Cañitas. Organizado por Claudia Villafañe y Plan V, la empresa de eventos que dirige su ex esposa, se hizo en Visionnaire, un salón de eventos ubicado frente al Campo de Polo. La bienvenida se la dio Dalma, su hija mayor, esperándolo con un cartel gigante celeste y blanco y la leyenda “Feliz Cumple DT”. Después, cada invitado que llegaba lo hacía luciendo una remera negra que hacía alusión al parentesco con el flamante técnico argentino. Por ejemplo, la de Don Diego decía “Padre del DT de la Selección”, y la de Doña Tota, “Madre del DT de la Selección”.
CUMPLE 2. El viernes, en Ezeiza, en la parrilla El Mangrullo. Acompañado por su pareja, Verónica Ojeda –que estuvo una semana preparando todo–, recibió la visita de varios de sus mejores amigos: Martín Palermo, Carlos Bilardo, Adrián Suar y Adolfo Cambiaso, entre otros. Diego llegó en su Mini Cooper vestido con una camisa negra, jeans y zapatos. Verónica, con un vestido de gasa negro y azul. Menú elegido: pollo al champiñón con ensaladas; de postre, brownies con crema americana. Dato curioso: no hubo bebidas alcohólicas. Cerca de las dos de la madrugada apareció la Tota Santillán, cantó dos temas y le dio paso al grupo Tambó-Tambó. Diego subió al escenario para cantar La Cumbia del 10 y la pista explotó hasta las 6 am. “Gracias a todos por venir y por los obsequios, aunque, les confieso, el mejor regalo del mundo me lo hizo Julio Grondona (el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino) cuando me designó como DT de la Selección”, cerró, sin poder contener la emoción.
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