Gonzalo Heredia (27), Luciano Castro (34) y Mariano Martínez (30), protagonistas de la tira más exitosa de la tevé, hablan de su relación con el sexo opuesto. Dicen que todo lo que hagan las mujeres por sentirse bellas es válido. Coinciden en que hoy ellas sueñan con vivir un amor que las emocione. Sobre la coquetería masculina, el sentirse “muchachos de barrio” y la seducción hablan sin censura. Conózcalos en la intimidad.
Los dueños de la ficción más vista del año están hablando de mujeres. Dicen que prefieren a aquella simple y natural que a la sobrecargada que se produce en exceso para deslumbrar. Aclaran que no les importa que se sometan a cirugías, siempre y cuando sea para mejorar, no para deformarse. Aceptan que se hagan lolas, retoques, alguna que otra lipo, y no les importa que tengan celulitis, ni que sean perfectas. Priorizan el amor por sobre todo. Tan simple como eso. ¿Ficción o realidad? Son los reyes de la ficción: Luciano Castro (34), Mariano Martínez (30) y Gonzalo Heredia (27), protagonistas de Valientes, la tira de Canal 13 cuyo promedio general es de 22.8 puntos de rating, y marcó 27.4 el día que más alto midió –4 de marzo–, son los galanes que hacen derretir a las mujeres de lunes a viernes a las 21.45 horas.
–No les creo eso de que no les importa la celulitis.
Mariano: No es lo importante, aunque algunas crean que son el ombligo del mundo. Igual creo que todo lo que hagan para estar lindas está bien. Tampoco que sea lo único importante en sus vidas. Pero hoy yo las veo bárbaras a las de 20, 30, 40, 50 o 60. Muy seguras de lo que quieren. A mí me importa que tanto mi pareja –Julieta Giambroni, embarazada de tres meses, con quien lleva más de un año de relación– como yo, estemos preocupados por formar una familia. El resto se puede mejorar.
–¿Y vos, Gonzalo?
Gonzalo: También de novio, con dos años y medio de amor con un bombón y actriz, Mercedes Oviedo. Coincido con Mariano. Me gusta la mujer que se arregla y se cuida, pero sin excesos.
Luciano: Yo estoy solo. Hoy el amor no es mi prioridad.
–¿No creés en el amor, Luciano?
Luciano: No sé. Yo lo vi en una película.
Gonzalo: El amor es necesario.
Luciano: ¿Quién no sueña con que te sorprenda y luego formar la familia ideal?
Mariano: Suscribo. Estoy muy enamorado, pasando mi mejor momento de pareja. Quiero creer en el amor para toda la vida, claro....
Luciano: Insisto, a mí no me interesa, ni quiero, ni busco, ni nada que se le parezca. Tengo que trabajar y un hijo del que me tengo que ocupar.
–¿Pero cerrás la puerta o admitís que puede sorprenderte en cualquier momento?
–Ah, pero eso no se sabe. No reniego, pero aclaro que no está en mis planes, ni en mi orden de prioridades.
Gonzalo: Para mí el amor es el motor, lo que me moviliza.
–¿Y qué serían capaces de hacer por amor?
Luciano: Si estás enamorado y no hacés un sacrificio, ¿qué clase de relación es ésa, macho?
–¿Vos te entregarías totalmente?
Luciano: No. El amor incondicional no existe, no es sano.
Gonzalo: Aunque somos tres románticos, no creemos en el amor incondicional.
CIRUGIAS Y ALGO MAS
–Me decían que no les gustan las mujeres que cuidan cada detalle.
Gonzalo: Me parece que apelar al botox o a cualquier otro método para evitar la vejez no está bueno.
–¿Creen que hoy tienen obsesión por no envejecer?
Mariano: Sí, pero el tema del cuidado estético es tanto de parte de la mujer como del hombre. Lo principal es no quedarse en eso. Porque toda obsesión es mala: se convierte en una adicción.
–¿Las ven más atentas a su belleza que a otros valores?
Gonzalo: No está mal que se cuiden, me agrada. También las veo preocupadas por enamorarse. Me gustan las mujeres que se juegan por amor.
Mariano: Ningún exceso es bueno, pero no veo que sea lo único que les importe. Hoy las mujeres piden un hombre que las quiera y las contenga.
Luciano: Opino igual que Gonzalo y Mariano. No las veo obsesionadas sólo por lo físico. Sí tengo amigos varones que se re lookean.
Mariano: Tengo amigas que se hicieron las lolas, pero es un toque. Les da seguridad. No viven desesperadas por cada detallecito. Y además no es lo único que les importa.
Luciano: Si ocurriera así, sería un problema. El cuerpo no es nada más que un envase. Cuidar salud y mente está bueno, pero hasta ahí.
–¿Las ven más audaces, osadas?
Luciano: Hablá, Gonza.
Mariano: Están más aceleradas, como todo.
–¿Los encaran?
Mariano: No lo digo porque me encaren. Hay más acceso a internet, más información, y eso hace que haya cambiado todo, ciertos parámetros. Todo es más rápido y quieren hacer determinadas cosas a edades más tempranas.
Luciano: Hoy son más precoces en todo. Ni hablar...
–¿Y eso les preocupa?
Luciano: No me corresponde calificarlo. Yo no me relaciono con adolescentes. Pero tengo un hijo de siete años, y comparando, yo a la edad de él era un bol... Prefiero mis siete años y no los de él, porque con la madre tenemos miedo de que salga a la calle y cualquiera le haga algo. Una nena de 14 puede ser más atrevida, pero también un pibe de esa edad hoy sale a robar con un arma y te puede matar.
Ahora Mariano recibe un llamado de su novia, la modelo Julieta Giambroni, que está en Córdoba, y se le dibuja una sonrisa... Mientras tanto, Gonzalo charla vía celular con su pareja, la actriz Mercedes Oviedo, con la que planea casarse pronto. En su entorno desmienten con fuerza el rumor que lo vinculó a Florencia Torrente, hija de Araceli González. “Ni siquiera se conocen”, confirman. Y Luciano insiste en aclarar que está solo, sin pareja, para ahuyentar cualquier rumor que lo quiera vincular a mujeres famosas.
ELLOS Y SUS CUERPOS
–No me digan que ustedes no son coquetos, de cuidarse: cuerpo, pelo, dientes...
Gonzalo: Sin llegar a la obsesión, hay una cuestión estética que se necesita para la televisión. Vos te cuidás, Luciano.
Luciano: Lo mío es de cuna. El boxeo viene conmigo desde muy chico. Por eso tuve un desarrollo corporal con un entrenamiento muy intenso. Pero igual hoy sigo saliendo a correr, nado, juego al fútbol. Pero no soy tonto, sé que tiene un fin. Si no, me quedaría en mi casa, tirado, pesando 130 kilos, y comiendo pizza todos los días.
–Y vos no niegues que sos otro fan del gimnasio...
Mariano: Estoy probando otras cosas: arranqué con...
Luciano: ...la heroína, ja, ja, ja.
Mariano: En serio, ahora empecé con el Yoga Ashtanga. Es una rama más intensa, que tiene mucho de meditación y respiración, te oxigena de una manera buenísima. Ya estoy notando los resultados. Además, voy al gimnasio y me encanta cuidarme: me hace bien, me sirve para el laburo.
Gonzalo: Fui y soy muy deportista. Y hay una cuestión estética que descubrí hace poco. Es una herramienta que está bueno usar. No hay que ser necio. Es una cuestión de salud mental también.
EXITO Y FAMA
–Confiesen: ¿cuánto disfrutan y cuánto les pesa este éxito con picos de 30 puntos de rating?
Gonzalo: A mí no me pesa para nada. Sí sufro los horarios y el ritmo de laburo, pero no lo vivo como una carga. Es bárbaro el reconocimiento de la la gente, de los pares. Está bueno vivir experiencias nuevas.
Mariano: Yo veo cómo lo disfuta Gonzalo y me pone muy contento. Porque recuerdo cuando hice Campeones, un éxito parecido a éste de Valientes, y te confieso que por momentos lo festejaba, pero en otros lo sufría... ¡y cómo! La verdad es que no estaba relajado. Hoy aprendí a manejarlo. Por ejemplo, el cariño está bueno. Después, hay otras cosas de estar expuesto, que duelen, y mucho.
–De hecho te pasó cuando detuvieron a tu padre (Ricardo Martínez), en el controvertido caso de la efedrina.
Mariano: Viene con todo el paquete. Pero no sólo en ese tema, también en otras cosas.
Luciano: Cuando estás expuesto estás regalado.
–No me digan que ustedes no se cuidan para evitar cometer errores y caer en la trampa...
Luciano: Yo sí. ¿Pero a quién le importan los errores que pudiera cometer yo, si no soy un político, macho? Sí me cuido de la exposición, para disfrutar buenos momentos con mi hijo –Mateo, 7 años–, mis hermanos, mi familia. Pero hasta ahí nomás, eh: tampoco soy el Negro Echarri, que salgo a la calle y la gente se tira en palomita arriba mío. No me pasa. También sé a dónde puedo ir y a dónde no.
–¿Tomás ciertos recaudos?
–Claro, pero aprendí a no reaccionar. Y a que hay que pensar más en los seres queridos que en uno, porque nosotros sabemos a lo que estamos expuestos; los demás, no... Mi hijo es mi referente principal. Si no, ¿qué me queda? También me refugio en mis amigos de Villa del Parque y San Martín. Como Gonzalo tiene a los de Munro, y Mariano a los de Avellaneda. Esas cosas no las perdimos, y eso hace que seamos las personas que somos.
–¿Son amigos, o simplemente compañeros de trabajo?
Luciano: Con aquel nos conocemos desde hace once años. “Aquel” con todo cariño, cabezón –le aclara a Martínez–. Y con Gonzalo nos estamos encariñando. Hay afinidad.
–¿Tuvieron diferencias alguna vez?
Mariano: Ni siquiera... Cosas que hablamos como amigos. Siempre hay pequeños detalles para pulir. Si no, no sería una amistad.
Gonzalo: Desconfiá de una amistad en la que no haya ni un cambio de opiniones.
Luciano: A mí me pasó con Mariano, como con otros amigos, que me dijeron: “Che, bol... Sentate acá. ¿Qué te pasa?”. Eso lo rescato.
–¿No hace bien ponerse en estrella, no?
Luciano: Si me pongo en estrella con Mariano estoy perdido. Si cuando empecé a laburar él ya era protagonista. Y tampoco lo puedo hacer con Gonzalo, que recién empieza, porque sería un pésimo referente para él. Hay que saber ubicarse.
Gonzalo: Cómo te manejás tiene mucho que ver con la crianza, con el barrio, con lo que te enseñaron los viejos.
–A propósito, ¿se enojó Mirtha Legrand con vos porque le dijiste que no te gustaba ir a sus almuerzos?
Luciano: Se sacó de contexto. Cuando lo comentaron quisieron hacerme quedar como un rebelde. Y un rebelde directamente no va a lo de Mirtha. Mi intención no es ir a la casa de nadie a molestar. ¿Quién carajo soy? No me voy a hacer el canchero ahí: sería un tarado.
fuente: revista gente Por Miguel Braillard. Fotos: Santiago Turienzo.
Los dueños de la ficción más vista del año están hablando de mujeres. Dicen que prefieren a aquella simple y natural que a la sobrecargada que se produce en exceso para deslumbrar. Aclaran que no les importa que se sometan a cirugías, siempre y cuando sea para mejorar, no para deformarse. Aceptan que se hagan lolas, retoques, alguna que otra lipo, y no les importa que tengan celulitis, ni que sean perfectas. Priorizan el amor por sobre todo. Tan simple como eso. ¿Ficción o realidad? Son los reyes de la ficción: Luciano Castro (34), Mariano Martínez (30) y Gonzalo Heredia (27), protagonistas de Valientes, la tira de Canal 13 cuyo promedio general es de 22.8 puntos de rating, y marcó 27.4 el día que más alto midió –4 de marzo–, son los galanes que hacen derretir a las mujeres de lunes a viernes a las 21.45 horas.
–No les creo eso de que no les importa la celulitis.
Mariano: No es lo importante, aunque algunas crean que son el ombligo del mundo. Igual creo que todo lo que hagan para estar lindas está bien. Tampoco que sea lo único importante en sus vidas. Pero hoy yo las veo bárbaras a las de 20, 30, 40, 50 o 60. Muy seguras de lo que quieren. A mí me importa que tanto mi pareja –Julieta Giambroni, embarazada de tres meses, con quien lleva más de un año de relación– como yo, estemos preocupados por formar una familia. El resto se puede mejorar.
–¿Y vos, Gonzalo?
Gonzalo: También de novio, con dos años y medio de amor con un bombón y actriz, Mercedes Oviedo. Coincido con Mariano. Me gusta la mujer que se arregla y se cuida, pero sin excesos.
Luciano: Yo estoy solo. Hoy el amor no es mi prioridad.
–¿No creés en el amor, Luciano?
Luciano: No sé. Yo lo vi en una película.
Gonzalo: El amor es necesario.
Luciano: ¿Quién no sueña con que te sorprenda y luego formar la familia ideal?
Mariano: Suscribo. Estoy muy enamorado, pasando mi mejor momento de pareja. Quiero creer en el amor para toda la vida, claro....
Luciano: Insisto, a mí no me interesa, ni quiero, ni busco, ni nada que se le parezca. Tengo que trabajar y un hijo del que me tengo que ocupar.
–¿Pero cerrás la puerta o admitís que puede sorprenderte en cualquier momento?
–Ah, pero eso no se sabe. No reniego, pero aclaro que no está en mis planes, ni en mi orden de prioridades.
Gonzalo: Para mí el amor es el motor, lo que me moviliza.
–¿Y qué serían capaces de hacer por amor?
Luciano: Si estás enamorado y no hacés un sacrificio, ¿qué clase de relación es ésa, macho?
–¿Vos te entregarías totalmente?
Luciano: No. El amor incondicional no existe, no es sano.
Gonzalo: Aunque somos tres románticos, no creemos en el amor incondicional.
CIRUGIAS Y ALGO MAS
–Me decían que no les gustan las mujeres que cuidan cada detalle.
Gonzalo: Me parece que apelar al botox o a cualquier otro método para evitar la vejez no está bueno.
–¿Creen que hoy tienen obsesión por no envejecer?
Mariano: Sí, pero el tema del cuidado estético es tanto de parte de la mujer como del hombre. Lo principal es no quedarse en eso. Porque toda obsesión es mala: se convierte en una adicción.
–¿Las ven más atentas a su belleza que a otros valores?
Gonzalo: No está mal que se cuiden, me agrada. También las veo preocupadas por enamorarse. Me gustan las mujeres que se juegan por amor.
Mariano: Ningún exceso es bueno, pero no veo que sea lo único que les importe. Hoy las mujeres piden un hombre que las quiera y las contenga.
Luciano: Opino igual que Gonzalo y Mariano. No las veo obsesionadas sólo por lo físico. Sí tengo amigos varones que se re lookean.
Mariano: Tengo amigas que se hicieron las lolas, pero es un toque. Les da seguridad. No viven desesperadas por cada detallecito. Y además no es lo único que les importa.
Luciano: Si ocurriera así, sería un problema. El cuerpo no es nada más que un envase. Cuidar salud y mente está bueno, pero hasta ahí.
–¿Las ven más audaces, osadas?
Luciano: Hablá, Gonza.
Mariano: Están más aceleradas, como todo.
–¿Los encaran?
Mariano: No lo digo porque me encaren. Hay más acceso a internet, más información, y eso hace que haya cambiado todo, ciertos parámetros. Todo es más rápido y quieren hacer determinadas cosas a edades más tempranas.
Luciano: Hoy son más precoces en todo. Ni hablar...
–¿Y eso les preocupa?
Luciano: No me corresponde calificarlo. Yo no me relaciono con adolescentes. Pero tengo un hijo de siete años, y comparando, yo a la edad de él era un bol... Prefiero mis siete años y no los de él, porque con la madre tenemos miedo de que salga a la calle y cualquiera le haga algo. Una nena de 14 puede ser más atrevida, pero también un pibe de esa edad hoy sale a robar con un arma y te puede matar.
Ahora Mariano recibe un llamado de su novia, la modelo Julieta Giambroni, que está en Córdoba, y se le dibuja una sonrisa... Mientras tanto, Gonzalo charla vía celular con su pareja, la actriz Mercedes Oviedo, con la que planea casarse pronto. En su entorno desmienten con fuerza el rumor que lo vinculó a Florencia Torrente, hija de Araceli González. “Ni siquiera se conocen”, confirman. Y Luciano insiste en aclarar que está solo, sin pareja, para ahuyentar cualquier rumor que lo quiera vincular a mujeres famosas.
ELLOS Y SUS CUERPOS
–No me digan que ustedes no son coquetos, de cuidarse: cuerpo, pelo, dientes...
Gonzalo: Sin llegar a la obsesión, hay una cuestión estética que se necesita para la televisión. Vos te cuidás, Luciano.
Luciano: Lo mío es de cuna. El boxeo viene conmigo desde muy chico. Por eso tuve un desarrollo corporal con un entrenamiento muy intenso. Pero igual hoy sigo saliendo a correr, nado, juego al fútbol. Pero no soy tonto, sé que tiene un fin. Si no, me quedaría en mi casa, tirado, pesando 130 kilos, y comiendo pizza todos los días.
–Y vos no niegues que sos otro fan del gimnasio...
Mariano: Estoy probando otras cosas: arranqué con...
Luciano: ...la heroína, ja, ja, ja.
Mariano: En serio, ahora empecé con el Yoga Ashtanga. Es una rama más intensa, que tiene mucho de meditación y respiración, te oxigena de una manera buenísima. Ya estoy notando los resultados. Además, voy al gimnasio y me encanta cuidarme: me hace bien, me sirve para el laburo.
Gonzalo: Fui y soy muy deportista. Y hay una cuestión estética que descubrí hace poco. Es una herramienta que está bueno usar. No hay que ser necio. Es una cuestión de salud mental también.
EXITO Y FAMA
–Confiesen: ¿cuánto disfrutan y cuánto les pesa este éxito con picos de 30 puntos de rating?
Gonzalo: A mí no me pesa para nada. Sí sufro los horarios y el ritmo de laburo, pero no lo vivo como una carga. Es bárbaro el reconocimiento de la la gente, de los pares. Está bueno vivir experiencias nuevas.
Mariano: Yo veo cómo lo disfuta Gonzalo y me pone muy contento. Porque recuerdo cuando hice Campeones, un éxito parecido a éste de Valientes, y te confieso que por momentos lo festejaba, pero en otros lo sufría... ¡y cómo! La verdad es que no estaba relajado. Hoy aprendí a manejarlo. Por ejemplo, el cariño está bueno. Después, hay otras cosas de estar expuesto, que duelen, y mucho.
–De hecho te pasó cuando detuvieron a tu padre (Ricardo Martínez), en el controvertido caso de la efedrina.
Mariano: Viene con todo el paquete. Pero no sólo en ese tema, también en otras cosas.
Luciano: Cuando estás expuesto estás regalado.
–No me digan que ustedes no se cuidan para evitar cometer errores y caer en la trampa...
Luciano: Yo sí. ¿Pero a quién le importan los errores que pudiera cometer yo, si no soy un político, macho? Sí me cuido de la exposición, para disfrutar buenos momentos con mi hijo –Mateo, 7 años–, mis hermanos, mi familia. Pero hasta ahí nomás, eh: tampoco soy el Negro Echarri, que salgo a la calle y la gente se tira en palomita arriba mío. No me pasa. También sé a dónde puedo ir y a dónde no.
–¿Tomás ciertos recaudos?
–Claro, pero aprendí a no reaccionar. Y a que hay que pensar más en los seres queridos que en uno, porque nosotros sabemos a lo que estamos expuestos; los demás, no... Mi hijo es mi referente principal. Si no, ¿qué me queda? También me refugio en mis amigos de Villa del Parque y San Martín. Como Gonzalo tiene a los de Munro, y Mariano a los de Avellaneda. Esas cosas no las perdimos, y eso hace que seamos las personas que somos.
–¿Son amigos, o simplemente compañeros de trabajo?
Luciano: Con aquel nos conocemos desde hace once años. “Aquel” con todo cariño, cabezón –le aclara a Martínez–. Y con Gonzalo nos estamos encariñando. Hay afinidad.
–¿Tuvieron diferencias alguna vez?
Mariano: Ni siquiera... Cosas que hablamos como amigos. Siempre hay pequeños detalles para pulir. Si no, no sería una amistad.
Gonzalo: Desconfiá de una amistad en la que no haya ni un cambio de opiniones.
Luciano: A mí me pasó con Mariano, como con otros amigos, que me dijeron: “Che, bol... Sentate acá. ¿Qué te pasa?”. Eso lo rescato.
–¿No hace bien ponerse en estrella, no?
Luciano: Si me pongo en estrella con Mariano estoy perdido. Si cuando empecé a laburar él ya era protagonista. Y tampoco lo puedo hacer con Gonzalo, que recién empieza, porque sería un pésimo referente para él. Hay que saber ubicarse.
Gonzalo: Cómo te manejás tiene mucho que ver con la crianza, con el barrio, con lo que te enseñaron los viejos.
–A propósito, ¿se enojó Mirtha Legrand con vos porque le dijiste que no te gustaba ir a sus almuerzos?
Luciano: Se sacó de contexto. Cuando lo comentaron quisieron hacerme quedar como un rebelde. Y un rebelde directamente no va a lo de Mirtha. Mi intención no es ir a la casa de nadie a molestar. ¿Quién carajo soy? No me voy a hacer el canchero ahí: sería un tarado.
fuente: revista gente Por Miguel Braillard. Fotos: Santiago Turienzo.
valientes castro martinez heredia hombres galanes
me encantan los 3 sos divinos!! pero miamor es mariano lo amo!
ResponderEliminarjuli su pareja es divina,les deseo lo mejor!
yanu!