Lleva la pasión en la sangre, y el podio es su meta. Después de un 2008 en el quinto lugar, hoy
pone en marcha los motores para llegar en el primer puesto al campeonato 2009 de TC 2000.
A los 25 años, parece tenerlas to-das: es alto, fachero, joven, conocido en el ambiente automovilístico, gana un buen dinero y no le faltan mujeres ni autos para correr a velocidades que muchos sueñan. Si hasta hace poco era considerado uno de los pilotos de la Argentina con más futuro, ese concepto parece haber quedado atrás para darle lugar a su gran presente: Matías Rossi es el campeón 2006 y 2007 del TC 2000 (con el equipo Chevrolet Elaion) y su figura se destaca también en el TC, además de ser uno de los nombres más atractivos que tiene el Top Race V6. No le fue del todo bien el año pasado (cuando se incorporó al Renault LoJack Team), pero su ímpetu permite pensar que el calendario 2009 puede ser el de su revancha.
Paralelamente a ese perfil de ganador que suelen permitir las pistas de carreras y ese mundo glamoroso que no es tal, sabe que la imagen no es todo, pero es mucho. Ayuda y hay que ayudarla. Vive solo, es meticulosamente ordenado, y si bien tiene casi todos los días de la semana ocupados en reuniones y eventos en los que no faltan las fotos con modelos, necesita sus domingos y lunes de soledad, después de cada carrera, para encontrarse consigo mismo. Convive con un ambiente que le exige ir despacio cuando se baja del auto; disfruta de sus días y sueña con una familia e hijos “para más adelante”. Y si hay que andar lento, pero seguro, es porque “no todo es color de rosa en el ambiente”.
El automovilismo deportivo obliga a una conducta ejemplar: posicionarse bien en una carrera depende del triunfo de un equipo que se juega cada domingo no sólo los puntos, sino también los sponsors y todo lo que significa marcar punta en un campeonato. Por eso, esta profesión lejos está de ser lo que parece en las revistas y en la televisión. El profesionalismo del piloto es por demás importante, y no hay lugar para el azar.
Matías Rossi nos recibió en el taller donde “miman” a su auto. Allí la tranquilidad de un día hábil de la semana contrasta sobremanera con la euforia pistera. Los mecánicos no corren ni hay bullicio, la entrevista es distendida y sin promotoras que se paren detrás con caras de “está todo más que bien”, y hasta nos podemos sentar para hablar lento, algo imposible cuando los micrófonos acechan y los curiosos escuchan.
Educado, Rossi dice a cada rato “Sí, capo”; o suelta un “Como quieras, maestro”; y también: “Sí, jefe”. Y sonríe. Comprador, el muchacho. Un Meteoro de las pampas que nació en Del Viso, se crió en las pistas y, a esta altura, ya lleva más de la mitad de su vida sobre los autos.
–De chico soñabas con ser corredor y lo conseguiste. ¿Cumpliste el sueño del pibe?
–En cierta forma, sí. Empecé a correr a los 12, pero a los 9 años ya probaba kartings. Si no comencé a competir antes fue porque mi mamá no me dejaba. Ella pensaba que era peligroso.
–¿Tenía razón?
–Bueno, digamos que desde cierto punto de vista, sí.
–De todos modos, tuviste tus oportunidades y supiste aprovecharlas.
–A nivel nacional logré muchísimo; pero mi sueño máximo era llegar a la Fórmula 1.
–¿Por qué no se dio?
–Por distintas realidades; para mí era muy difícil llegar ahí. A los 16 ó 17 años necesitás buenos contactos o dinero como para probarte en Europa. Corrí algunas carreras en karting allá, pero cuando había que quedarse, no tenía la posibilidad de hacerlo un mes seguido, por una cuestión económica. Competía y me volvía. Pero, bueno, como contrapartida compito en el máximo nivel argentino.
–¿La tuya era una familia con buenos recursos económicos?
–No. Somos de clase media. Mis padres me pudieron bancar mi carrera en el karting, y luego me mantuve gracias a los patrocinadores. Y cuando se tienen buenos resultados, se facilita todo.
–¿El de la Fórmula 1 es un sueño terminado entonces?
–La realidad es que los pilotos cada vez se inician más jóvenes. Para la F1 hay que hacer una escuela, que son todas las categorías anteriores. Uno apunta alto en sus sueños, y hoy para ir allá no me veo con posibilidades. Soy joven en la Argentina, en el auto con techo, pero allá soy viejo. Sobre todo si se tiene en cuenta que la media de edad para competir es de 30 años.
–¿Es una frustración?
–No, porque mi sueño era vivir de esta actividad, y lo logré. El automovilismo me dio trabajo y la posibilidad de hacer lo que me gusta. Disfruto de correr y, a la vez, gano dinero. Eso se puede lograr a medida que se tienen éxitos. Tenés que andar bien, ser profesional, estar bien en las entrevistas. La imagen del piloto en estos casos es importante. Mi sueño es ser lo que soy hoy.
Volviendo por la corona
–Una vez que cumplís tu anhelo, ¿qué?
–Cuando estás en un alto nivel, lo que querés es mantenerte. En 2006 y 2007 fui campeón, y en 2008, quinto. Entonces en 2009 quiero volver con todo. Siento que me sacaron algo. Las ganas te las mantiene saber que sos competitivo.
–Hay una idea según la cual ustedes, los corredores de autos, la pasan más que bien: dinero, mujeres, fiestas. ¿Es verdad o es un mito?
–Uno es conocido. No como un futbolista, pero existen la televisión y las revistas. En eso mantengo los pies sobre la tierra. Te trae beneficios ser conocido y hasta ayuda un poco con las mujeres, no te voy a decir que no, pero no me cambia. No saco ventaja de la poca o mucha fama que pueda generarme esta actividad. Me gusta firmar autógrafos y sacarme fotos. Sé que soy un poco conocido, pero eso no me marea.
–A los 25 años, ¿cómo se mantienen los pies sobre la tierra?
–Yo los mantengo gracias a la educación que me dieron mis padres. Y porque tengo a los mismos tres amigos de siempre, que son los del colegio secundario. Hay gente que se arrima por conveniencia, y no es fácil darse cuenta.
–¿Es complicado el ambiente del automovilismo?
–Hay cosas lindas, está el mundo glamoroso que uno ve por televisión. Pero hay otra cara. Se viaja mucho, no conocés ningún lugar porque llegás al filo de la carrera, hay que cumplir compromisos... En líneas generales, es muy difícil este ambiente, muy competitivo, con muchos intereses creados. Con el tiempo me di cuenta de que hay que andar con cuidado y con seguridad.
–¿Eso cómo lo aprendiste?
–Eso se aprende debajo del auto. Hay una frase que se usa mucho en el automovilismo: “Es tan importante moverse bien debajo del auto como arriba”. Por eso es vital tu equipo de trabajo. Uno va solo en el auto, pero tenés un equipo, un taller que te sostiene.
–¿Hasta qué edad imaginás que vas a competir?
–Supongo que hasta los 36 ó 37 años. Después tal vez cambie de parecer y quiera seguir hasta los 40.
–¿Y después?
–No sé.
–¿Se gana buen dinero como corredor?
–Yo gano bien, pero no sé si alcanzará para no trabajar una vez que me retire. Calculo que tendré que hacer algo.
–¿Tenés estudios?
–Eso no es lo mío: abandoné el secundario en quinto año, cuando elegí irme a correr a Europa.
–¿Te deprime perder una carrera?
–Perder me cuesta mucho, me molesta. Uno siempre busca ganar. Me deprime, en cierta forma, cuando un error mío hace que tengamos un mal resultado. Me hace mal no redondear por un error el trabajo de mucha gente, del equipo.
Un tipo solitario
–¿Pensás que la vida da revancha o que el tren sólo pasa una vez?
–Pienso de las dos formas. Creo en las dos frases, que son muy buenas. Pero elijo según mi estado de ánimo. Por más que haya revancha a la semana siguiente, me quedo con que esa carrera que perdí no la podré correr de nuevo. Quizás uno sabe que todos los domingos hay revancha, pero la que fallaste no la remediás con el simple hecho de que haya otra competencia.
–¿Qué te cambió, en lo personal, ser corredor?
–Aprendí a ser más ordenado con mi vida, porque fui desordenado, en el sentido de no tener horarios, dejar todo tirado. Un despelotado. Al tener tantos compromisos tuve que ordenarme sí o sí. Ese orden lo trasladé a mi vida. Vivo solo y soy ordenado.
–¿Cómo te llevás con la soledad?
–Muy bien. Hay momentos en los que necesito estar solo. Tengo una vida social muy completa, y el domingo, después de la carrera, suele pasarme que necesito estar solo hasta el lunes. Me encanta. Es una paz interior muy grande. Necesito esos espacios de soledad.
–¿Tenés novia?
–No. Pero me gustaría formar una familia, aunque no sé en qué momento. Me encanta la vida que llevo. Soy hiperactivo, no paro nunca. Si no tengo pareja estable es porque… me gustan mucho las mujeres, y hoy no me gustaría estar atado a una relación. Por experiencia, siento que las relaciones te privan de cierta libertad. Y no me gustaría cambiar la vida que llevo.
–¿Cuando tengas un hijo te gustaría que fuera futbolero o “fierrero”?
–Que él elija… aunque calculo que preferiría acompañarlo a ver fútbol después de tantos años de automovilismo.
Fuente: nueva
pone en marcha los motores para llegar en el primer puesto al campeonato 2009 de TC 2000.
A los 25 años, parece tenerlas to-das: es alto, fachero, joven, conocido en el ambiente automovilístico, gana un buen dinero y no le faltan mujeres ni autos para correr a velocidades que muchos sueñan. Si hasta hace poco era considerado uno de los pilotos de la Argentina con más futuro, ese concepto parece haber quedado atrás para darle lugar a su gran presente: Matías Rossi es el campeón 2006 y 2007 del TC 2000 (con el equipo Chevrolet Elaion) y su figura se destaca también en el TC, además de ser uno de los nombres más atractivos que tiene el Top Race V6. No le fue del todo bien el año pasado (cuando se incorporó al Renault LoJack Team), pero su ímpetu permite pensar que el calendario 2009 puede ser el de su revancha.
Paralelamente a ese perfil de ganador que suelen permitir las pistas de carreras y ese mundo glamoroso que no es tal, sabe que la imagen no es todo, pero es mucho. Ayuda y hay que ayudarla. Vive solo, es meticulosamente ordenado, y si bien tiene casi todos los días de la semana ocupados en reuniones y eventos en los que no faltan las fotos con modelos, necesita sus domingos y lunes de soledad, después de cada carrera, para encontrarse consigo mismo. Convive con un ambiente que le exige ir despacio cuando se baja del auto; disfruta de sus días y sueña con una familia e hijos “para más adelante”. Y si hay que andar lento, pero seguro, es porque “no todo es color de rosa en el ambiente”.
El automovilismo deportivo obliga a una conducta ejemplar: posicionarse bien en una carrera depende del triunfo de un equipo que se juega cada domingo no sólo los puntos, sino también los sponsors y todo lo que significa marcar punta en un campeonato. Por eso, esta profesión lejos está de ser lo que parece en las revistas y en la televisión. El profesionalismo del piloto es por demás importante, y no hay lugar para el azar.
Matías Rossi nos recibió en el taller donde “miman” a su auto. Allí la tranquilidad de un día hábil de la semana contrasta sobremanera con la euforia pistera. Los mecánicos no corren ni hay bullicio, la entrevista es distendida y sin promotoras que se paren detrás con caras de “está todo más que bien”, y hasta nos podemos sentar para hablar lento, algo imposible cuando los micrófonos acechan y los curiosos escuchan.
Educado, Rossi dice a cada rato “Sí, capo”; o suelta un “Como quieras, maestro”; y también: “Sí, jefe”. Y sonríe. Comprador, el muchacho. Un Meteoro de las pampas que nació en Del Viso, se crió en las pistas y, a esta altura, ya lleva más de la mitad de su vida sobre los autos.
–De chico soñabas con ser corredor y lo conseguiste. ¿Cumpliste el sueño del pibe?
–En cierta forma, sí. Empecé a correr a los 12, pero a los 9 años ya probaba kartings. Si no comencé a competir antes fue porque mi mamá no me dejaba. Ella pensaba que era peligroso.
–¿Tenía razón?
–Bueno, digamos que desde cierto punto de vista, sí.
–De todos modos, tuviste tus oportunidades y supiste aprovecharlas.
–A nivel nacional logré muchísimo; pero mi sueño máximo era llegar a la Fórmula 1.
–¿Por qué no se dio?
–Por distintas realidades; para mí era muy difícil llegar ahí. A los 16 ó 17 años necesitás buenos contactos o dinero como para probarte en Europa. Corrí algunas carreras en karting allá, pero cuando había que quedarse, no tenía la posibilidad de hacerlo un mes seguido, por una cuestión económica. Competía y me volvía. Pero, bueno, como contrapartida compito en el máximo nivel argentino.
–¿La tuya era una familia con buenos recursos económicos?
–No. Somos de clase media. Mis padres me pudieron bancar mi carrera en el karting, y luego me mantuve gracias a los patrocinadores. Y cuando se tienen buenos resultados, se facilita todo.
–¿El de la Fórmula 1 es un sueño terminado entonces?
–La realidad es que los pilotos cada vez se inician más jóvenes. Para la F1 hay que hacer una escuela, que son todas las categorías anteriores. Uno apunta alto en sus sueños, y hoy para ir allá no me veo con posibilidades. Soy joven en la Argentina, en el auto con techo, pero allá soy viejo. Sobre todo si se tiene en cuenta que la media de edad para competir es de 30 años.
–¿Es una frustración?
–No, porque mi sueño era vivir de esta actividad, y lo logré. El automovilismo me dio trabajo y la posibilidad de hacer lo que me gusta. Disfruto de correr y, a la vez, gano dinero. Eso se puede lograr a medida que se tienen éxitos. Tenés que andar bien, ser profesional, estar bien en las entrevistas. La imagen del piloto en estos casos es importante. Mi sueño es ser lo que soy hoy.
Volviendo por la corona
–Una vez que cumplís tu anhelo, ¿qué?
–Cuando estás en un alto nivel, lo que querés es mantenerte. En 2006 y 2007 fui campeón, y en 2008, quinto. Entonces en 2009 quiero volver con todo. Siento que me sacaron algo. Las ganas te las mantiene saber que sos competitivo.
–Hay una idea según la cual ustedes, los corredores de autos, la pasan más que bien: dinero, mujeres, fiestas. ¿Es verdad o es un mito?
–Uno es conocido. No como un futbolista, pero existen la televisión y las revistas. En eso mantengo los pies sobre la tierra. Te trae beneficios ser conocido y hasta ayuda un poco con las mujeres, no te voy a decir que no, pero no me cambia. No saco ventaja de la poca o mucha fama que pueda generarme esta actividad. Me gusta firmar autógrafos y sacarme fotos. Sé que soy un poco conocido, pero eso no me marea.
–A los 25 años, ¿cómo se mantienen los pies sobre la tierra?
–Yo los mantengo gracias a la educación que me dieron mis padres. Y porque tengo a los mismos tres amigos de siempre, que son los del colegio secundario. Hay gente que se arrima por conveniencia, y no es fácil darse cuenta.
–¿Es complicado el ambiente del automovilismo?
–Hay cosas lindas, está el mundo glamoroso que uno ve por televisión. Pero hay otra cara. Se viaja mucho, no conocés ningún lugar porque llegás al filo de la carrera, hay que cumplir compromisos... En líneas generales, es muy difícil este ambiente, muy competitivo, con muchos intereses creados. Con el tiempo me di cuenta de que hay que andar con cuidado y con seguridad.
–¿Eso cómo lo aprendiste?
–Eso se aprende debajo del auto. Hay una frase que se usa mucho en el automovilismo: “Es tan importante moverse bien debajo del auto como arriba”. Por eso es vital tu equipo de trabajo. Uno va solo en el auto, pero tenés un equipo, un taller que te sostiene.
–¿Hasta qué edad imaginás que vas a competir?
–Supongo que hasta los 36 ó 37 años. Después tal vez cambie de parecer y quiera seguir hasta los 40.
–¿Y después?
–No sé.
–¿Se gana buen dinero como corredor?
–Yo gano bien, pero no sé si alcanzará para no trabajar una vez que me retire. Calculo que tendré que hacer algo.
–¿Tenés estudios?
–Eso no es lo mío: abandoné el secundario en quinto año, cuando elegí irme a correr a Europa.
–¿Te deprime perder una carrera?
–Perder me cuesta mucho, me molesta. Uno siempre busca ganar. Me deprime, en cierta forma, cuando un error mío hace que tengamos un mal resultado. Me hace mal no redondear por un error el trabajo de mucha gente, del equipo.
Un tipo solitario
–¿Pensás que la vida da revancha o que el tren sólo pasa una vez?
–Pienso de las dos formas. Creo en las dos frases, que son muy buenas. Pero elijo según mi estado de ánimo. Por más que haya revancha a la semana siguiente, me quedo con que esa carrera que perdí no la podré correr de nuevo. Quizás uno sabe que todos los domingos hay revancha, pero la que fallaste no la remediás con el simple hecho de que haya otra competencia.
–¿Qué te cambió, en lo personal, ser corredor?
–Aprendí a ser más ordenado con mi vida, porque fui desordenado, en el sentido de no tener horarios, dejar todo tirado. Un despelotado. Al tener tantos compromisos tuve que ordenarme sí o sí. Ese orden lo trasladé a mi vida. Vivo solo y soy ordenado.
–¿Cómo te llevás con la soledad?
–Muy bien. Hay momentos en los que necesito estar solo. Tengo una vida social muy completa, y el domingo, después de la carrera, suele pasarme que necesito estar solo hasta el lunes. Me encanta. Es una paz interior muy grande. Necesito esos espacios de soledad.
–¿Tenés novia?
–No. Pero me gustaría formar una familia, aunque no sé en qué momento. Me encanta la vida que llevo. Soy hiperactivo, no paro nunca. Si no tengo pareja estable es porque… me gustan mucho las mujeres, y hoy no me gustaría estar atado a una relación. Por experiencia, siento que las relaciones te privan de cierta libertad. Y no me gustaría cambiar la vida que llevo.
–¿Cuando tengas un hijo te gustaría que fuera futbolero o “fierrero”?
–Que él elija… aunque calculo que preferiría acompañarlo a ver fútbol después de tantos años de automovilismo.
Fuente: nueva
Matías Rossi Campeon tc 2000 hombres imagenes
AMO A MATIAS RTOSSI!
ResponderEliminarLO SIGO SIEMPRE EN EL SUS CARRERAS, SUS TRIUNFOS Y TODO! PARA MI ES LO MAS
A PARTE ES SUPER HUMILDE Y SENCILLO, ES CASI PERFECTO (digo " casi" porque creo que no existe la plena prerfeccion)...
BUENISIMA LA NOTA
Ktherine de Chaco....
matias sos mi idolooooo, un capo, te quiero
ResponderEliminarNaty
vamos mati !! sos un groso... suerte en todas las categorias !!
ResponderEliminarmati eri el mejor
ResponderEliminarte doi to mi apoyo
wuee gordii te quiero muchoo muii buena la nota jajaj nos vemos a la tarde mati besosss (ordenado :o)
ResponderEliminarno hay nadie q lo ame a Mati mas q yo! es el amor de mi vida!
ResponderEliminary el si es PERFECTO!
Mari
buenisima la nota, mati sos lo mas!!!!!!!!! te super amo!!!!!!!!
ResponderEliminaraguante mati!!!! y si para mi tambien es perfecto!!!!!!!!!! lo amo!!!!!!!!!!! PATO
ResponderEliminarEste pib es lo mas!!.....es sencillo hasta para hablar x cel....m acuerdo hasta lo q no m dijo cuando m llamó al cel un viernes a la tarde en rafaela....buenisimo el pib!!...tkm amigo!!.....besotes.....aaaa todavia tenemos una salida pendiente....espero t acuerdes lo q prometes....!!
ResponderEliminaramo a matu rossi...ni un domingo me pierdo una carrera..lo sigo a todos lados...es un amorr impisible!!jaja....... mati rossi te amooo...besos
ResponderEliminarmatias rossi sos lo mass..aunque x ahi me haces rabiar con tus abandonos jaaa, igual te amo hermoso...jmena
ResponderEliminarHola matiii...te sigo ya q sos de CHEVROLET yo soy bien chivo de corazon te deseo lo mejor seguis asi un abrazo Jeremias(La Paz.E.R)
ResponderEliminarMATü: TE RE CONTRA AMO, Y SOS LA PERFECCIÓN TOTAL.
ResponderEliminarPARA VARIAS SOS UN AMOR IMPOSIBLE.
MATI R.
TE
AMO. BOMBON (MUA...)
(YA SABES QUIEN SOY)
mati, sos lo mas, te quiero!!!
ResponderEliminarun beso!!!!
kpooooooooo
ResponderEliminarmati sos lo mas grande que hayyyyyyyyy!!!!!!!kpoooooo!!!!!!
ResponderEliminarlindo como te amo. Soy fierrera por mi papa desde que tengo memoria. Con mi él eramos fanas de Traverso, apareciste y te seguimos siempre. Sufrimos un monton cada carrera que corres. Te amo, espero algun dia conocerte en persona. Un beso.
ResponderEliminarMati!!!! sos re lindo me gusta como corres!!!! mi papa es mecanico y te segimos todos los domingos en cada carrera!!!! Algun dia epero conocerte en persona!!! Soy de colonia Uruguay!!! Besos!!!
ResponderEliminarmati,sos un grande! te conoci el fin de semana pasado en el autodromo potrero de los funes en san luis, en la carrera del TC 2000 y la formula FIA GT. sos muy buena persona, no te la crees nada, sos hermoso en persona! te amo mati.
ResponderEliminarmatias rossi TE AMO!!! sos mio y de nadie mas! Te amoooooo!!!!!!!!!
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