Empezó su carrera de modelo casi por casualidad, a principios de 2006, cuando trabajaba como profesor de gimnasia en el Faena Hotel. Ese verano, en cuanto lo vieron las personas que organizaban el desfile de Roberto Piazza le aseguraron que iba a subir a la pasarela y que no aceptarían un no como respuesta.
Sus primeros pasos fueron luciendo un boxer dorado, ¿te lo imaginás? Y, aunque al principio le daba vergüenza, hoy se desenvuelve con total naturalidad cada vez que el flash se dispara. “En mi primer desfile había mucha gente, luces, periodistas, mi papá en la primera fila y yo con un boxer dorado. Salí, tenía un poco de miedo antes de arrancar, pero, después de un par de pasadas, realmente me gustó”, recuerda. Hoy disfruta de ser modelo y se divierte mucho con su carrera. Pero Sebastián se animó a más: aprovechó su afinidad con las cámaras para ganarse un lugar en la TV y convertirse en uno de los conductores de Tendencia.
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