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lunes, 28 de septiembre de 2009

Sbaraglia-Echarri: mucho en común









Son los protagonistas de "Las viudas de los jueves", la película de Marcelo Piñeyro que se convirtió en un éxito. Cuentan que coinciden en los modos de encarar la profesión y la vida privada. Echarri habla también de su futura paternidad.

Parecen opuestos complementarios. Uno es más extrovertido, directo y con un tono ácido en su humor; el otro es más medido, irónico y con cierto halo melancólico. Pablo Echarri y Leonardo Sbaraglia, sin embargo, son parecidos en sus diferencias. En la charla que los unió para hablar de la película que protagonizan, Las viudas de los jueves, los estilos afloran de forma evidente. El director Marcelo Piñeyro es el lazo que une a estos hombres, dentro y fuera de la pantalla. Sus personajes, El Tano (Echarri) y Ronnie (Sbaraglia), en el filme basado en la novela homónima de Claudia Piñeiro (Premio Clarín Novela 2005) se cruzan en la trama de manera casi antagónica y a pesar de eso, trazan un vínculo afectivo. El mismo que vienen construyendo desde hace tiempo cuando filmaron juntos otra película a las órdenes del mismo director, Plata quemada, en el año 2000.



Debe ser una ventaja conocerse para trabajar juntos, ¿no?

Leo: Tuvimos una experiencia hermosa, de mucha confianza, Pablo y yo tenemos empatía. Nos entendemos naturalmente, de otra manera es más difícil construir un vínculo.Pablo: Creo que estamos más grandes, nos fuimos puliendo, encontrando la madurez. Eso se nota sobre todo en el compañerismo, y después, creo que se ve en el resultado final. Con Leo hay confianza y afinidad. Con eso a cuestas, no tenés barreras para trabajar.

Leo: El único problema fueron los partidos de tenis. Empatamos dos a dos y no nos animamos a desempatar, tuvimos una performance deplorable.

El chiste tiene que ver con algunas escenas clave en la película que transcurren en una cancha de polvo de ladrillo y que los actores aprovecharon para medirse fuera de la pantalla. Confiesan que el esfuerzo y el sudor valieron la pena por el momento compartido, ahora convertido en una anécdota más que los une. Según el director, Marcelo Piñeyro, la química entre ellos es tan potente que los otros actores, Juan Diego Botto y Ernesto Alterio (con quienes forman un grupo de cuatro amigos en la ficciónI, sabían que tenian que construir esa idea de grupo sumándose al vínculo ya existente entre Pablo y Leo. Lejos quedaron los galancitos que alguna vez fueron. Eso se nota a primera vista:ahora hay dos actores que disfrutan su trabajo y comparten la misma pasión por su vida familiar: Echarri, transitando su futura nueva paternidad (Ver Proyecto...) y Sbaraglia, de regreso al país (Ver Teatro...).

Tienen dos personajes casi en las antipodas: El Tano, aparentemente sin fisuras, y Ronnie, mas relajado, un poco mirando desde afuera ese mundo al que pertenece.

Pablo: A mí me impresionó desde el inicio como mi personaje, El Tano, va llevando hasta el final su postura, es tremendo cómo sostiene todo hasta las últimas consecuencias.Es imperturbable. Y me parece que en ese contexto, Ronnie, el personaje de Leo junto con el de su mujer, Mavi, que hace Gabriela Toscano, son como el aire de la historia. Cuando veía las escenas de ellos eran como bocanadas de aire fresco, más allá de que sean bastante disfuncionales. Incluso con el hijo adolescente establecieron un vínculo. El peor problema de los otros es que ni siquiera supieron cómo establecer alguna relación.

Leo: Es cierto. Ronnie es uno de los pocos personajes que puede expressar un poco más el afecto. En ese sentido es menos racional, no se controla tanto ni trata de controlar tanto. Tal vez sea porque está afuera y adentro a la vez como si tuviera otro background. Se instala en otro lugar adonde ir y mira a todo lo de alrededor como si estuviera de paso. Goza de ciertos privilegios por estar en ese lugar pero al mismo tiempo, es un outsider. Como hace unos años perdió su trabajo, los otros lo toman para la chacota. Pero haberse bajado de ese engranaje es lo que le permite ver a ese mundo desde otra perspectiva y tomarse todo con mas humor y liviandad.

En esta historia los pactos entre distintos personajes, explicitos e implicitos, están a la orden del día, en relación con el imaginario que existe en lugares como el country de la novela y de la película donde, el adentro se rige bajo sus propias reglas, prescindiendo del afuera. La realidad se queda afuera, apenas presente en las pantallas turbias de la televisión. Los actores coinciden: "Para estos personajes, la realidad no debe penetrar bajo ningun concepto porque les quiebra su fantasía de mundo ideal". Con Echarri y Sbaraglia lo que se capta es que hay un pacto de camaradería, esa que permite lograr los mejores resultados.

Pablo: A pesar de todo, hay cierta esperanza en estos personajes tan materialistas y exitistas que especulan incluso después de muertos.

¿Como una idea tal vez un poco idealista a pesar de su realidad?

Pablo:. Puede ser. Con una estrategia y todo, hay algo romántico e idealista en ellos. Tal vez porque tiene que ver con un estado de ánimo subterráneo como solo puede sentirse en esas crisis como las del 2001, cuando transcurre la historia, que son estados de ánimo generales. Y por eso es posible que surjan estos pactos que ellos llevan hasta las últimas consecuencias.

Leo: Creo que la película no habla solo de la vida en el country sino de determinados comportamientos sociales. Y sin duda, la crisis económica hace que algunas cosas se exacerben más. Porque la trama enfoca mucho las historias de parejas, de amor, desamor, de acuerdos y desacuerdos. Las decisiones que toman los personajes tienen que ver tanto con el afuera como con sus relaciones más cercanas.

Pablo: Es que en esta historia se ve con lupa lo difícil que es relacionarse con el otro, establecer un vinculo dentro de la familia. No es fácil construirlo y sostenerlo, a veces es más sencillo rellenarlo con otras cosas y el dinero es una de las formas ms comunes de tapar esos baches. Siempre hay alguien que puede estar con los chicos en vez de uno mismo y eso no quiere decir que uno no los quiera. Todo está tan bien organizado en este tramado que hasta permite esa posibilidad de no vincularse.

Leo: Me parece que otro tema importante de la película es la muerte, que aparece todo el tiempo, en las viudas, en los muertos en la piscina. Y Ronnie en contradicción con eso, es muy vital y vive y disfruta y puede pensar fuera de las encrucijadas del sistema, al contrario de lo que le pasa a El Tano, preso de su propia condición. Tal vez eso lo salva al Ronnie respecto del resto de los amigos. Los otros quedan atrapados en su propia locura y no se permiten cambiar.

Pablo: Los otros amigos, El Tano, Gustavo (que hace Juan Diego Botto) y Martín (el personaje de Ernesto Alterio) compraron absolutmente esa idea y están decididos hasta el final. A Ronnie y a su familia los salva su sarcasmo e ironía. Yo creo que en El Tano, esa idea de la posición económica en función del hogar los tiene atrapados. Y cuando se dan cuenta, ya es demasiado tarde. Por eso, cuando Teresa, su mujer, le da vuelta la cara, El Tano inicia su debacle porque ella es su motor. Ella tiene algo ambiguo.

Esa ambigüedad aparece en casi todos los personajes, cuando parece que se van a redimir, flaquean.

Pablo: Sí, hay muchos grises en todos. Y cuando uno cree que no tiene nada que ver con ellos, se van volviendo un poco queribles. Todo está sostenido sin estridencias, fluye, porque nada llama más la atención que otra cosa, sino que sobresale el conjunto. Esos pequeños actos cotidianos te van llevando a un estado de ánimo y a generar una empatia con estos seres humanos.

Leo: Esta gente está dentro del sistema hasta el final, incluso en la muerte. El capitalismo puro que siempre se va a reproducirse, de manera sórdida, y eso pasa en la película: son todos cómplices de eso. Y es una tangente de esta historia que me parece de las más interesantes. Vivimos en un mundo que es así y hace que las personas vayan perdiendo humanidad. Eso le pasa a El Tano cuando dice que no reconoce a su hijo: perdió humanidad, es un instrumento más del sistema. En cambio, Ronnie supo correrse un poco de eso.

Pablo: El Tano es un personaje bastante reconocible por esa necesidad del ascenso social, de acomodarse económicamente, algo que está en casi todos los hombres de cierta clase social y generación. A veces se transforma en una obsesion. El supo crear ese espacio y toda su libido está puesta en hacer más dinero. Y su mujer es funcional a eso.

Leo: Como si fueran socios.

Pablo: Sí, y hasta es natural en familias donde se creció sin abundancia, capitalizar los años productivos para acumular y acopiar. Pero si estás tan ocupado en eso, perdés los verdaderos objetivos. Y volver atrás es imposible. La salida pasa más por apretar el acelerador.


Fuente:Clarin

1 comentario:

  1. vemos la pelicula o al coño ese?? decidanse o la chota pelicula o el lindo!!

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