Perfumado y pulcro, resultaría fácil imaginarlo engrasado, entre crujidos de motores y tuercas, sólo si la escena correspondiera a una producción fotográfica para un calendario de hombres bonitos. Pero Gonzalo Heredia se ufana de haber usado el overol en la vida real. Siete años atrás, era ayudante de mecánico en el taller de su padre, en Munro, mientras alternaba los bólidos con las clases de actuación en la escuela de Julio Chávez. "En el taller sólo cebaba mates. La verdad, no hacía nada. Era inestable con todo. Era un trotamundos", se pinta.
Ganador del Premio Clarín Espectáculos 2007 como actor revelación de TV, el año pasado fue pidiendo pista en pantalla con su interpretación de Rolo, el camillero de hospital fachero y tierno de Mujeres de nadie (Canal 13). El galardón, dice, fue dedicado a sus padres, Julio y Alicia, y a su hermana, Paula, "por no haberles podido entregar el título secundario", admite, sencillo, el chico de 25 años que a los 15 abandonó la escuela sin demasiados planes. "Empecé a estudiar teatro a los 14 años y por curiosidad. No tenía intención de ser actor. Pero tampoco podía estar encerrado en una oficina. De algo estaba seguro: el cuerpo me pedía salir y cambiar", explica. Así, salió y cambió: vendió perfumes, fue jardinero, paseador de perros, kiosquero, cortador de césped repartidor de pan, hasta que, siete años atrás, se animó a la publicidad. Le prestó la sonrisa y los ojazos a un banco y a una marca de gaseosa, y enseguida llegaron bolos en TV. "Arranqué bien de abajo. Escalón por escalón. Y el hecho del sacrificio me reconforta", dice.
Enamorarte, Maridos a domicilio, Doctor amor, Frecuencia 04, Una familia especial y Un cortado, el desfile de Gonzalo Ezequiel Heredia (tal como figura en su DNI) por la pantalla recién encontró notoriedad en Mujeres..., pero tuvo una interesante escala en el cine. En 2005 fue el taxi boy protagonista de Ronda nocturna, filme de Edgardo Cozarinsky, con Moro Anghileri, tras el que salió, según dice, "recompensado". "Fue mi gran descubrimiento actoral. Vi cosas en mí que no había visto antes", rememora. "Llegué al director a través de una entrevista filmada. Recuerdo que me preguntó qué me había gustado de mis trabajos anteriores y le contesté "nada". Se ve que eso le llegó. Pero no estaba pensado de antemano. Era la verdad: nunca termino de conformarme con lo que hago, es un rasgo muy mío", define.
Después de esas escenas jugadas de sexo y rock & roll en la calle, llegó otro personaje oscuro, ya en Mujeres asesinas: el novio obsesivo de Violeta Urtizberea, que por amor se transforma en cómplice del asesinato de su suegro.
Claro que en ese camino por "ser alguien en la actuación", carga con una "mancha" que prefiere no recordar demasiado. A los 19 se prestó a formar parte del ciclo Reality reality, una suerte de Gran hermano de actores, donde participaron, entre otros, Alejandra Majluf, Juan José Camero, Emilia Mazer, Fabián Mazzei, Edda Bustamante y Jessica Schultz. "Fue raro. Un paso distinto en mi carrera. En casa no había una rama artística. Yo no tenía noción de lo que quería hacer, ni si quería tener una carrera, y lo hice. Hoy pienso que fue arrebatado", opina quien fue alumno de Rubens Correa, Roxana Randón y Raúl Serrano.
Mudado a Palermo, novio de la actriz Mercedes Oviedo, jura que es tímido para los eventos y los premios. "Odio la exposición, pero estoy aprendiendo a lidiar con eso, a acomodarme, porque es mi trabajo. Estoy aprendiendo a ser famoso", dice.
El año pasado, además del gran momento que atravesaba en TV, se sumó una convocatoria teatral para La jaula de las locas, la comedia de Ricky Pashkus con la que debutó en la calle Corrientes, y en la que hizo de hijo de Miguel Angel Rodríguez. "El 2007 fue mi mejor año, por todo lo que pasó y porque, cuando recién empezaba, quería ser el mejor actor, me olvidaba de pasarla bien. Ahora trabajo para disfrutar".
Ganador del Premio Clarín Espectáculos 2007 como actor revelación de TV, el año pasado fue pidiendo pista en pantalla con su interpretación de Rolo, el camillero de hospital fachero y tierno de Mujeres de nadie (Canal 13). El galardón, dice, fue dedicado a sus padres, Julio y Alicia, y a su hermana, Paula, "por no haberles podido entregar el título secundario", admite, sencillo, el chico de 25 años que a los 15 abandonó la escuela sin demasiados planes. "Empecé a estudiar teatro a los 14 años y por curiosidad. No tenía intención de ser actor. Pero tampoco podía estar encerrado en una oficina. De algo estaba seguro: el cuerpo me pedía salir y cambiar", explica. Así, salió y cambió: vendió perfumes, fue jardinero, paseador de perros, kiosquero, cortador de césped repartidor de pan, hasta que, siete años atrás, se animó a la publicidad. Le prestó la sonrisa y los ojazos a un banco y a una marca de gaseosa, y enseguida llegaron bolos en TV. "Arranqué bien de abajo. Escalón por escalón. Y el hecho del sacrificio me reconforta", dice.
Enamorarte, Maridos a domicilio, Doctor amor, Frecuencia 04, Una familia especial y Un cortado, el desfile de Gonzalo Ezequiel Heredia (tal como figura en su DNI) por la pantalla recién encontró notoriedad en Mujeres..., pero tuvo una interesante escala en el cine. En 2005 fue el taxi boy protagonista de Ronda nocturna, filme de Edgardo Cozarinsky, con Moro Anghileri, tras el que salió, según dice, "recompensado". "Fue mi gran descubrimiento actoral. Vi cosas en mí que no había visto antes", rememora. "Llegué al director a través de una entrevista filmada. Recuerdo que me preguntó qué me había gustado de mis trabajos anteriores y le contesté "nada". Se ve que eso le llegó. Pero no estaba pensado de antemano. Era la verdad: nunca termino de conformarme con lo que hago, es un rasgo muy mío", define.
Después de esas escenas jugadas de sexo y rock & roll en la calle, llegó otro personaje oscuro, ya en Mujeres asesinas: el novio obsesivo de Violeta Urtizberea, que por amor se transforma en cómplice del asesinato de su suegro.
Claro que en ese camino por "ser alguien en la actuación", carga con una "mancha" que prefiere no recordar demasiado. A los 19 se prestó a formar parte del ciclo Reality reality, una suerte de Gran hermano de actores, donde participaron, entre otros, Alejandra Majluf, Juan José Camero, Emilia Mazer, Fabián Mazzei, Edda Bustamante y Jessica Schultz. "Fue raro. Un paso distinto en mi carrera. En casa no había una rama artística. Yo no tenía noción de lo que quería hacer, ni si quería tener una carrera, y lo hice. Hoy pienso que fue arrebatado", opina quien fue alumno de Rubens Correa, Roxana Randón y Raúl Serrano.
Mudado a Palermo, novio de la actriz Mercedes Oviedo, jura que es tímido para los eventos y los premios. "Odio la exposición, pero estoy aprendiendo a lidiar con eso, a acomodarme, porque es mi trabajo. Estoy aprendiendo a ser famoso", dice.
El año pasado, además del gran momento que atravesaba en TV, se sumó una convocatoria teatral para La jaula de las locas, la comedia de Ricky Pashkus con la que debutó en la calle Corrientes, y en la que hizo de hijo de Miguel Angel Rodríguez. "El 2007 fue mi mejor año, por todo lo que pasó y porque, cuando recién empezaba, quería ser el mejor actor, me olvidaba de pasarla bien. Ahora trabajo para disfrutar".
NO HAY HOMBRE QUE SE LE COMPAREEEEEEEEEEEEEEE!!!!!!!!!
ResponderEliminarDIOS ESTAS COSAS AL VERLAS Y NO TENERLAS, HACEN MAL!!!
JAJAJ